sábado, 13 de agosto de 2011

Moriles y el Pata Negra


Esta taberna-mesón es uno de los mejores locales de Córdoba por su excelente relación calidad-precio. Y aparte, le tengo un gran aprecio a sus dueños, Rafa, Paco y Gabriel, y al jefe de sala, Pedro: son unos profesionales de quitarse el sombrero, y nunca hay un imprevisto, todo lo solucionan aunque las salas estén a rebosar.
El nombre de Moriles alude al pueblo de su origen, y donde tienen y conservan la bodega San Gabriel, en la que crian sus finos que dispensan en la taberna. Desde principios de los años 70 en que se asentaron en Córdoba han trabajado mucho para sacar adelante uno de las tabernas más concurridas de Córdoba. Siempre han sido un local de barrio, pero como es el barrio de los estudiantes, público nunca ha faltado. Ahora también es el sitio para comer y cenar de los erasmus, y de otra mucha gente que acuden, sin faltar los parroquianos de toda la vida.
Nuestras primeras catas del Club Aderramar se hacían en el semisótano del Moriles. Y gracias a ellos hemos podido disfrutar y juntarnos alrededor de unos vinos y charlar de muchas cosas, sobre todo de... vinos; por lo que siempre estaremos en deuda con Rafa y Jose.
De la comida, tienen unas tapas de queso y jamón que quitan el sentío. Y el salmorejo, el rabo de toro, flamenquín, calamares plancha y un largo etcétera. Pero lo sorprendente son los precios y el tamaño de las raciones. De ahí viene su masiva afluencia, no hay que ir con prisas, pero siempre son eficientes.
Del fino, el San Gabriel, es un fino amarillo intenso pajizo, algo subido de color. El aroma es fresco, algo floral y especiado, a avellanas y frutos secos, el rasgo de los acamuesados. Suave, algo amargo, con retrogusto a avellanas tostadas. Es un vino sencillo, de trago fácil, ideal para el copeo.