Rafael Palacios es el menor de una familia dedicada a los vinos. Según él comentaba, la bodega familiar riojana vendía tintos y los blancos prácticamente los regalaban como obsequio de pedido de los tintos. Como se formó en Burdeos, se interesó en desarrollar el valor de los blancos ya que tenían suficiente potencial. Fue en 1996 cuando conoció la variedad Godello y aunque le impresionó su frescura no fue hasta el 2004 cuando se decidió a trasladarse y empezar en la zona de Valdeorras. Tras unas pruebas iniciales se decidió por la subzona del valle de Bibei, la más alta de Valdeorras y como en toda Galicia las propiedades eran minifundios. Para situarnos el río Bibei, siendo el pueblo más cercano O Bolo, nace en la Sierra zamorana de Sanabria por lo que está en la parte oriental de Orense y a una altura de 700 a 900 metros de altura.
Los suelos son graníticos y formados por fina arena y piedras de granito de pequeño tamaño y sin cubierta vegetal, ya que en verano la temperatura diurna puede superar los 30º, y además la profundidad de las raíces sólo llega hasta 1 o 2 metros que es lo máximo que las viñas penetrar antes de llegar al granito. Hay una parcela que apenas tiene arena y sí mucha piedra por lo que apenas retiene al agua y para evitar la insolación la viña se cubre con unos veinte centímetros de paja.
La variedad Godello es aromática, con piel muy fina, y que madura hasta alcanzar buena concentración en azúcares sin perder acidez: la pulpa aunque dulce está prieta y verde y puede llegar hasta 8-10 g/L de acidez, un pH de 3,0 (para el Sorte O Soro) y sin suficiente ácido málico como para que necesite hacer la fermentación maloláctica. Las distintas parcelas se cultivan en vaso o espaldera en régimen ecológico.
Las fermentaciones se realizan a 14-16º con levaduras autóctonas y sin realizar la fermentación malolácticase hacen en madera, excepto el Bolo, que es el menor de los vinos y se fermenta en recipientes de acero inoxidable.
Todos los vinos tienen un toque de identidad, notas de fruta blanca, ácidos y algo amargos en boca, y una sensación salina que recuerda a los finos. Según Rafael, es la mineralidad lo que los distingue.
Se cataron:
- Bolo 2011, de viñedos propios y de viticultores asociados a la bodega. Aroma a pera, hinojo, ácido, final salino.
- Louro do Bolo 2011, de viñedos propios de 17 a 28 años con fermentación y crianza de 5 meses en foudres de 3.000 litros. Aromas a anís, miel, lías, madera, complejo en boca, persistencia larga. Persistencia ácida y amarga.
- As Sortes 2011, de viñedos propios de 35 a 92 años, y fermentado y crianza de 8 meses en barricas de 500 litros. En nariz es mucho más dulce que el Louro. También menos amargo y un muy largo recuerdo en boca. Muy equilibrado.
- Sorte O Soro 2011, con uvas de un único viñedo de 37 años. Fermentación y crianza de 8 meses en barricas de 500 litros. Se trata de una viña situada en la parte más alta, con orientación al norte y expuesta a vientos, con una producción limitada a unas 2.000 botellas. Muy frutal, a melocotón, pera, hinojo, con toques de madera. Aireando en boca el vino se transforma en muy salino, realmente un fino. Muy largo y muy bueno. ¡Y todavía le quedan unos meses en botella!, según él.
- Sorte dos Santos 2011, también de una única parcela de 44 años. Se dice que es de vendimia tardía: las uvas alcanzaron los 14º de alcohol probable y se fermentó hasta llegar a los 11º quedando unos 70 g de azúcar que apenas se notan por su muy buena acidez. Aromas a melocotón, almíbar.
Una excelente cata propiciada por la entrega de Rafael, que se muestra cercano en todo momento y que comenta con humor las incidencias de su trabajo. Además no se excede en los comentarios de sus vinos, los deja a éstos hablar.