domingo, 23 de febrero de 2014

Cervecería Califa

Hoy no comentaré una taberna, tal como se indica en el título: es una cervecería que hace su propia cerveza en los bajos de su local. Está situada en la calle del colegio Santa Victoria y junto a la Escuela de Artes y Oficios; el nombre de la calle es Juan Varela, pero por esas indicaciones en Córdoba mucha gente te puede guiar.
Allí fuimos y nos comentaron que ya son la única cerveza que se elabora en Córdoba acorde a unos parámetros de calidad y baja producción.
Empezaron hace casi un año, y elaboran su propia cerveza en los sótanos del local. Es amplio, y tiene también mesas altas fuera. Agradable decoración, con una exposición de las cervezas artesanas en botella que también venden de otros fabricantes, como la Son.
Tomada de fabricacerveza
Es agradable ver que marcan las consumiciones con tiza en la ancha barra de madera, como antes.

Disponen de varios grifos para tirarla, y probamos la de Trigo Limpio, la Morena y Califa (la más alta de grado alcohólico). La fermentación de los cereales da lugar a cervezas con grado alcohólico entre 4,0 y 7,5 grados, y ya en una segunda fermentación con azúcares forma la espuma natural, y no añadida. Y se nota la diferencia.

 La cerveza de trigo, como la Weiss alemana, tiene un color amarillo muy vivo, con ligera turbidez y un sabor ácido, pero el gusto que tienen este tipo  cervezas no me convence. Ni las Weiss cuando vamos a Alemania, aunque para gusto colores, ya que en Alemania es bastante consumida. La otra que probamos fue la Morena, cerveza tipo Ale, color miel, bastante limpia, con una espuma densa, de burbuja pequeña, como debe ser y con aromas de levadura, panadería y gusto a cereal, ligeramente ácida, final ligeramente amargo y con volumen en boca. A mi parecer muy buena.
Este tipo de cerveza es la que se elaboraba en Düsseldorf, la tipo Alt, y que tanto nos gustaba cuando residimos allí.

Trigo limpio (iz) y Morena (dcha)
En cuanto a las consumiciones que acompañan a la cerveza, pues bien justo y es donde a nuestro parecer falla un poco. Sirven los acompañamientos sobre un papel del tamaño de una servilleta, y además de patatas fritas un trozo de queso o embutido. Pedimos jamón y nos abrieron un paquete del mismo al vacío, que no estaba mal. Pero algo más de picar estaría bien.
En definitiva, una buena cervecería con cerveza artesana y a muy buen precio para su calidad. La caña a 1,50 y un tercio a 2 euros. Recomendable su visita.



martes, 18 de febrero de 2014

Lambik - Copas, cervezas

Pues no es una taberna. Lambik es un local de la muy concurrida calle de la Plata en Córdoba. Ocupa el sitio donde antes estaba la principal oficina de una empresa de telecomunicaciones, o no? En esta calle o en su muy estrecha cercanía hemos estado ya dos en dos bares, y parece que hay sitio y público para más.
Pues el Lambik está bien. La decoración es moderna y agradable, cómodo, amplio, y bien servido. Y además tiene buenas tapas, a tan sólo 0,5 euros. El surtido como es lógico es resumido, diez posibles; pero también tienen medias raciones, y raciones. Como en nuestro caso en general es por el aperitivo, nos decantamos por las tapas.
El paté de morcilla está bastante bien, así como las albóndigas en salsa y el pollo al curry. La berenjena rebozada con salsa de ibéricos (que suena bien, no lo niego) no me convenció mucho. Se tratan de tapas y por tanto, por el precio que tienen pues se tapea de sobra y cumplen con su misión de sentirse a gusto en el bar, y pedir otra tapa a ver cómo sabe.
La cerveza, de Cruzcampo, me pareció floja. Y el vino fino, de Bodegas San Pablo, de Moriles. Este vino lo había probado otras veces y me pareció un buen vino, quizás el único defecto es que se apreciaba más de la cuenta el aroma a reducido, que cuando es poco incrementa la sensación total del vino. Ese aroma se va, y todos los finos con dicho aroma a reducción presentan unos espléndidos tonos amarillo verdosos. Pues en este caso, el fino de San Pablo estaba tan limado y pulcro que no se parecía en nada al que me he referido antes. Con color un poco pálido, tiene un aroma limpio pero sin entusiasmar, sin defectos pero con poco brío. Tampoco se le puede pedir mucho a un local que básicamente es copas y cervezas.
La cuenta, contenida: 11 consumiciones (8 medios y 3 cañas) y 9 tapas por 21,50 euros. Bien, no?



martes, 11 de febrero de 2014

La Reserva, Tapas y Lounge

¿Y qué es Lounge? Pues es un bar cafetería, según la traducción del Collins, o bien un salón. Pues eso, La Reserva es un bar de Tapas y Cafetería, eso sí muy bien puesto que quizás es por eso del vocablo inglés.
Está en la ya bastante ocupada por locales Plaza de San Hipólito. Si no se me olvida ninguno, en un tramo de veinte metros hay 7. Uno como es el Mesón Los Lobos, que ya comentamos hace tiempo, está consolidado; al igual que una marisquería en la vecina Calle Veracruz. Y los demás son locales por los que han pasado distintos dueños, siempre de bares o clubes.
Este de la Reserva ocupa el antiguo Pataya, una cafetería muy reconocida en Córdoba hasta que entró en decadencia, con el mismo estilo de mobiliario. En este caso, el mobiliario está muy cuidado, de calidad, con dos espacios separados por dos escalones. Tiene también la cocina con tapas a la vista. Dos cocineros o cocineras, ese día, preparan pulguitas o pequeños panecillos con embutido acompañado de unas patatas fritas. Bien, correcto, lo que se lleva ahora para tener demanda en los tiempos que corren.
El fino que tienen es en botella: el Caballo Español, de la bodega Los Raigones; y el Cancionero.
El primero tiene una botella bonita, llamativa y el vino está bien, quizás un poco ajerezado en su estilo. Con poco color y bien de aromas, es un vino seco, algo punzante, muy correcto. El Cancionero tiene más personalidad, y éste no tiene el aroma a humedad que le he notado en los bag-in-box, aunque mis amigos me digan que no es así. En botella es un muy buen vino, con fuerza, seco, y aromático a crianza biológica.
Lo peor de la Reserva es que es caro. El medio de vino cuesta 1,9 euros, con su tapa incluida, pero está subido de precio aunque tengan dos buenos finos.

martes, 4 de febrero de 2014

Arroz con alcachofas, guisantes y pimiento morrón

Empiezo hoy una nueva serie de entradas, sobre preparación de platos de cocina que he elaborado y me han gustado. Esta es particular es sencilla y aprovecha del mejor momento de las alcachofas, ahora. Es una receta italiana, aunque he hecho algunas modificaciones.
Las alcachofas han sido muchas veces, en mi opinión mal cocinadas, con exceso de limón, cuando a mi parecer y directamente a la plancha están exquisitas.
Ingredientes para cuatro personas:
6 alcachofas
100 g de guisante
1 pimiento morrón
Medio vaso de vino blanco
Un vaso de caldo de cocido
4 vasos pequeños de arroz y 12 vasos de agua
Queso de oveja curado, rayado, o parmesano.

Elaboración:
Se limpian las alcachofas hasta llevar a las hojas blandas, Se pasan por la sartén, se sazona y añaden después los guisantes, y los pimientos morones. Rehogamos con medio vaso de vino blanco, y para trabar todo un vaso de caldo de cocido.
Añadimos el arroz y removemos hasta que se absorba el caldo, luego se pone el triple de agua. Se remueve regularmente y se ralla un poco de queso curado de oveja, de Marqués del Valle. Un queso con carácter, sin apenas ojos, compacto y con un sabor suave.
Un plato sencillo, económico y nutritivo.
Para acompañar un vino blanco afrutatado o bien un rosado.


Taberna Puerta Gayola. Una segunda visita siempre es mejor

Puerta Gayola
Esta nueva taberna está en la céntrica plaza de San Hipólito, cerca del Bulevar del Gran Capitán.
No se comentó la primera porque no nos gustó: mucho camarero mal organizado, consumiciones sin ser servidas, tiempos de espera largos.
Pero en esta segunda, sí, ha cambiado el personal de sala y todo va correcto: en su momento, con diligencia, sin notarse pero pendientes del personal. Como debe ser un profesional de sala.
Y allí fuimos. Un sitio agradable, en el centro, y con variación de personal según la hora y sobre todo acudiendo a partir de las dos y media. La decoración hace referencia a la suerte taurina de esperar al toro a la salida de chiqueros, en el que el animal sale enfurecido después de estar encerrado en el patio durante uno o dos días. Hay que tener mucho valor para esperarlo ahí. Recuerdo un chiste de Paco Gandía en que el torero era arrollado por el toro, mientras que él pensaba que le había atropellado un camión.
Pedimos unas buenas gambas, bien cocidas, y unas coquinas correctas. Y se terminó con un plato del día, garbanzos con espinacas y chorizo. Buena y bien servida cerveza. De los vinos, el fino es de Delgado.También tienen una buena selección de vinos blancos y tintos por copas. Pedí una de LuBe de Ribera del Duero, agradable y fácil de beber. Esta bodega pertenece a la familia de Luis Cañas (Rioja).
La cuenta no es económica, pero correcta.