lunes, 30 de marzo de 2015

Taberna El fogón, en el Realejo

Ya está aquí la Semana Santa en Córdoba. La temperatura acompaña y ya estamos metidos de lleno en el previo al verano, porque la primavera últimamente entra con muchas prisas para acabar.
Uno de los puntos más reconocidos de la Semana Santa cordobesa es la zona del Realejo por donde pasan varias cofradías con sus pasos, ya que en esta zona se sitúan las iglesias de San Lorenzo, los Trinitarios, Salesianos, San Andrés, y de paso transitan las de San Cayetano, Jesús Nazareno, y quizás alguna más.

No soy experto en temas santeros o cofrades, y me gusta ver alguna por las calles de mi ciudad. Pero muchos cordobeses son aficionados todo el año a restos menesteres y tienen su propio lugar de reunión. Y este es el caso de la Taberna El Fogón, que cuenta con su propio salón cofrade, con las paredes repletas de fotos y la continua música de bandas.
Es un ambiente curioso, que puede abrumar a muchos aunque es una forma casi de vida para otros, que lo viven con pasión siendo desde costaleros, cofrade en procesión o simple aficionado.
Además, esta taberna tiene, al menos anunciado en internet, espectáculo flamenco todos los viernes y en ella se celebran varios concursos de guitarra flamenca.
Lo dicho, esta taberna está en una de las zonas con más raigambre cordobés: cerca de la Corredera, junto a San Lorenzo y San Andrés. Y en su momento, por esta cercanía al centro, se convirtió en un punto comercial importante, unque ahora apenas si quedan los locales o comercios antiguos.
Es una taberna con encanto, que ocupa una casa y en el antiguo patio de la casa nos situamos a copear, tapear y hablar de todo.
Tiene página de facebook pero si se busca apenas tine más información de su localización y las consabidas primeras opiniones de 5 estrellas, y poco más. Con esto quiero decir que debe tener una buena actividad, pero que no es conocida más que por los asiduos y por los que pasan por la calle.

Los vinos finos son de El Gallo, Manolo, Doblas y Mozárabes (nunca lo había visto antes).
Ninguno de los finos nos sorprendió, son vinos más o menos sencillos. Por ejemplo el fino Mozárabes estaba muy pálido, muy filtrado, con aromas sin embargo de madurez, y quedaba extraño.
El fino Doblas estaba en su línea, más en lo que debe ser un fino de la tierra pero no está este vino en su mejor momento, es demasiado variable en olor y gusto, y hemos catado vinos de Doblas notables y otros extrañamente diferentes.

En cuanto al tapeo cuenta con una variada carta y precios en principio normales. Había que probar algo y a eso nos dedicamos:
como siempre Raquel pidió media ración, en este caso de berenjenas. A 4,5 la media ración y a 6,5 la ración. Todo sea dicho, muy ricas, caseras, con su tiempo en sal o cerveza para que salgan tiesas después de fritas.

 Después pedimos una ración de puntas de solomillo. Y si las berenjenas estaban buenas, las puntas estaban duran, duras, correosas y pasadas. Y no creo que fuera de haberse pasado en la plancha, es como si se hubieran recalentado, porque esa carne hecha como tiene que ser está bastante tierna.
Quizás es que aquí les guste pasar la carne para que no les digan que está poco hecha.

El precio de una media de berenjenas, una ración de puntas de solomillo, un tinto (de López de Heredia, y estaba bueno ya que abrieron la botella), dos cervezas y cuatro medios de fino, 24 euros. Bien, un precio razonable, en un sitio agradable, curioso, típico, pero esperamos que traten mejor a la carne.
Calidad-precio, suficiente, un 6,7.



martes, 24 de marzo de 2015

Finca La Melonera: un gran proyecto

El pasado lunes vino a la Escuela de Hostelería (en las Lonjas) la enóloga de La Melonera, Ana de Castro, a presentar sus vinos, los que ella elabora con tanto empuje y gracia.
La Finca la Melonera se sitúa en la Serranía de Ronda y ocupa una extensión de 200 hectáreas: ¿mucho terreno de viña, no? Sí, des mucho, y es que la viña ocupa una parte, las 10Ha de viñedo se encuentran repartidas en varias parcelas que no superan la hectárea, con altitudes desde 690m hasta 930m, también tiene alojamientos de gran nivel, ganado y huerta ecológica.
Un gran proyecto en el que la viña es una parte central. Los actuales propietarios proceden de la empresa Catillo de Peralada, cuyo fundador inició la construcción de los míticos automóviles Hipano-Suiza. O sea, estamos ante una empresa grande.
Pues allí trabaja Ana. Esta finca intenta recuperar variedades autóctonas andaluzas como la Romé, Melonera o Tintilla de Rota, ambas tintas. Y los vinos que presentó fueron tres tintos y un blanco.

Empezaremos por la viticultura. En la finca se aplian las directrices de viñedo que se han implantado en algunas bodegas del Priorato, gracias a la mano de José Luis Pérez, como son los aros en los que se enrolla la vid para aprovechar al máximo la capacidad de la planta para crecer y dar racimos, a la vez que se regula mucho el vigor. En la foto (tomada de vinowine) se muestra a Jose Luis Pérez con el bloguero José Ruiz, del blog de vinos vinowine, que tuve el gusto de conocer a él y su grupo el pasado fin de semana.

Los vinos fueron:
- Encina del Inglés Blanco 2013,
un vino blanco con las variedades Pedro Ximenez, Doradilla y Moscatel morisco (80%).
Curioso, pero apenas sobresale la moscatel, con aroma a fruta blanca y algo de cítrico. Un vino con bastante salinidad, acidez bastante controlada, buena sensación en boca.
Precio 6,5 euros.

- Encina del inglés tinto 2013,
reralizado con las variedaes Garnacha y Syrah, tras la fermentación y maloláctica está en tina de roble de 20 Hl durantre 2-3 meses.
Un vino muy frutal, a fruta roja, limpio, flores, con mucha capa, equilibrado en nariz. Buen retrogusto. Muy agradable en boca, nada astringente.
El precio es sobre 8 euros. Bueno, pero parece un poco caro.




- Tinto Payoya negra 2011.
Vino realizado con Tintilla de Rota, Syrah, Garnacha, algo de melonera, y otras variedades (que no dijo Ana).
Aunque aún no está reconocido, las uvas proceden de cultivo ecológico.
Con 15º de alcohol.
Color cereza picota con ribete violáceo, limpio y brillante. 
Nariz de buena intensidad con buena carga frutal, fruta en licor, especiados: laurel, balsámico.
El paso por boca, suave a la vez que con cuerpo, se puede decir que es un vino que te dice algo, expresivo y bastante concentrado, con volumen, y todo con una buena acidez.
Tiene un buen rretrogusto. Un buen vino, y sobte todo curioso..
Precio, sobre 14 euros.
- XIII Lunas 2011.
Tinto de la Rioja con 65% garnacha y 35% de tempranillo.
Con 12 meses de crianza en barrica.
Aromas intenso a frutas y a lácteos, cacao, sobre todo fruta dulce.
En boca es ácido, equilibrado y de nuevo sensaciones a fruta intensas. Un vino fácil de beber, está bastante bien.
Precio, sobre 8,5 euros.

Y para terminar los protagonistas de la bodega y enmedio a Toñi Romero, que fue quien organizó el acto fe presentación de la bodega.


lunes, 23 de marzo de 2015

Orgánico: Bar, dulces, librería. Un vegetariano en Córdoba







La plaza de la Almagra es una de las plazas más bonitas de Córdoba, pequeña, recogida, junto a la plaza de la Corredera. Allí se encuentra Orgánico, al que visitamos los cuatro de aderramar. Un bar pequeño, con unas pocas mesas fuera, porque es que el sitio no da para más. Dentro también es pequeño. Es un bar vegetariano, quizás el primero de esta ciudad y no sé si es porque la plaza es un lugar tranquilo, o que había poca gente, el caso es que se respira un estilo lento, reposado, sin prisas (me resisto a escribir slow food, ya que en castellano hay muchas definiciones al respecto). La decoración nos recordaba a la de Cochinchina, el céntrico restaurante japonés que salió de un puesto del marcado de la Corredera: muebles pequeños, reciclados. Respecto a las sillas o bancos, de la calle, el compañero Qu. comentaba que era lo que menos le gustaba, incómodas, pero prácticas ya que ocupan poco espacio. Supongo que si les va bien las sustituirán.Por dentro, la zona de cocina está preciosamente separada y todo está a la vista, transparente, claro y muy bien ordenado.

Empezamos con una cerveza, que la sirven en botellín de 1/5, y luego pasamos a los vonos que fueron todos de Bodegas Robles, los ecológicos. Probamos el fino y el verdejo. Ambos vinos están bien, pero me parece que han perdido mucho de cuando empezaron; ahora son demasiado ligeros, correctos, pero a mi parecer parece que les falta brío: un poco más de aroma de salinidad, de amargor, pero sólo un poco más.

En  cuanto a la carta, ésta es corta tal como se ve. Parece por los comentarios en las redes sociales, que el punto fuerte de este bar Orgánico son las tartas y dulces, pero en nuestro caso siempre vamos antes de comer.
Pedimos dos platos del día que estaban escritos en la pizarra. Se trataba de platos salados, y al precio módico de 4 euros:
- paté de tomates secos con anacardos, y
- humus con crudités.

El paté de tomate estaba realmente exquisito, muy bien presentado y con mucho gusto por fuera y por dentro. Según me dijo la cocinera, ponen los tomates secos en agua aliente durante un rato para que se reblandezcan. Después le añaden ajo, anarcardos, aceite, sal y como decía Carlos Cano en una de sus canciones,... la gracia de tus manos.
Se acompañaba de pan tostado, de forma que se podían hacer tostas bien despachadas, ya que los platos eran abundantes.

El segundo plato era el humus con crudités.
Como se puede observar de nuevo presentado, con mucho gusto. En este caso los crudités eran tiras de pimiento rojo, calabacín y zanahoria.
El humus estaba bien, pero le faltaba un poco más de sabor o de aliño y los garbanzos pues posiblemente serían cocidos de bote.
Pero de nuevo, un plato bien servido y abundante.

Por último, la cuenta que en este caso era de 27 euros. Si descontamos los 8 de la comida quedaban por pagar 12 consumiciones, cuatro quintos de cerveza, y ocho copas (que no medios en catavinos) de fino y verdejo de Robles. Creo que está muy bien de precio, a tenor de lo sabrosos platos consumidos.

En resumen, un bar vegetariano al que deseamos mucho éxito. Relación calidad precio, notable alto, 8,0, por la tranquilidad del espacio, lo bien presentado y la calidad de los platos.













miércoles, 18 de marzo de 2015

Visita a El Taller de tu Cocina con la Asociación de Sumillleres

Nos va inundando el pecho un lento río de ternura y de paz cuando a la tarde llegamos.

Así empieza un poema del poeta cordobés de la generación del 27 Juan Rejano. Y habla de llegar a viejo, a mayor, a jubilado, y a ello se dedica el equipo de El Taller de tu Cocina. Si estuviéramos en Sudamérica, diría que son amorosas: suministran un menú a precio reducido por 3,75 euros a los mayores de la residencia El Yate que está sobre su local y a cualquier mayor que por allí pase.



El Taller de tu Cocina está cerca del Carrefour Sierra y del Instituto El Tablero. Hay un edificio rojo justo en la rotonda cerca de estos edificios, pues el Taller está en los bajos de uno que se dedica a habitaciones y apartamentos de la residencia El Yate.
Y el restaurante, bonito, amplio, coqueto, se abre con intención de suministrar activo para sufragar el menú anterior. ¡Qué gran idea! Y para ello tienen Miriam y Olga una cocina que sirve de taller de cocina para múltiples actividades, para aprender a cocinar y encima degustarlo.
El lunes 16 de Marzo nos reunimos varios de la Asociación de Sumilleres con las dos amigas del Taller y hubo un gran número de vinos; si no me olvido, los blancos fueron: el albariño Martín Codax 2013 (a flores y frutas, un vino fresco en nariz y buena acidez),
Frontaura verdejo 2011 DO Rueda (con aromas herbáceos y flores y al final un extraño aroma a fruta roja),
varios blancos de Portugal:
Avigados 2010 DO Douro (Malvasía fina, Gouveio y Vital, con un exceso de crianza en madera),
Luis Pato, Vinha Formal 2011 (variedad Bical de DO Bairrada, con fruta muy madura).

En cuanto a tintos:
Doña María 2006, Reserva (Alicante Bousquet, Petit Verdot y Syrah, con aromas a tabaco, algo de fruta, suave y curioso),
Bosque de Matasnos 2010, Ribera del Duero y ganador del Premio Mezquita. Un tinto bien hecho, pero del que esperábamos mucho más. 
Garnacha centenaria 2011 de Coto de Hayas, con aromas a cacao, sabroso en nariz, muy rico en boca, un vino equilibrado, quizás algo más dulzón de la cuenta, pero que gustó mucho y que invita a beber más. Fue la sensación de la noche, y además con un gran precio.

Para picar tres tapas preciosamente elaboradas:
- Tataki de atún con ajo blanco. El atún se marca y luego se macera al vacío, y queda con un potente sabor a fresco, rico y original.
- Diferentes formas de comer un tomate, es el nombre de la tapa: con dos variedades de tomate, la piel del tomate se carameliza, acompañado de queso y aceitunas.
- Córdoba: así era el nombre de la tapa, un poco de pan de baguete, pasado por una ligera capa de aliño de aceite y perejil, y se le hace un hueco y se mete salmorejo acompañado de brotes de rábano. Muy curioso.

Para terminar se sirvió el vermut Hituelo, ligero con algo de sabor a licor de café. Creo que la gracia de vermut, que tiene bastante azúcar añadido es una buena acidez para contrarrestar y éste apenas se notaba. Normal el vermut, aunque lo sirvieran con una rodaja de naranja.
Pues tenemos que hacer una vista pronto a este Taller de tu Cocina. La comida que se sirve lo componen un surtido de tapas tan originales como las que se ven, y se puede pedir una ración de éstas. Pocos son los sitios que pueden preparar tapas tan lúdicas y apetitosas. Para quien quiera ir, el precio de la tapa varía pero como máximo son 3,5 euros.  Un sitio recomendable y para visitar con el equipo de aderramar, de nuevo.










lunes, 16 de marzo de 2015

Taberna Juramento, una clásica taberna de Córdoba

La Taberna Juramento se llama así porque está en la calle Juramento, y ésta se encuentra cerca de la Plaza de la Corredera. Para quien quiera hacer un recorrido histórico, que comience en la Plaza (donde antes se hacían corridas de toros, de ahí su nombre) y se adentre por la estrecha calle del Toril (por donde salían los toros a la Plaza) y justo a la vuelta está la taberna de la que hablamos.
Pequeña, recogida, ocupando una casa de vecinos, y por supuesto con su patio.
Es un sitio acogedor por el encanto de los sitios que siempre hemos conocido y por los que apenas pasa el tienpo: para la bueno y mako. Hemos pasado por tantos sitios, muchos de ellos renovándose de arriba abajo, cambiando decoración, otros siguen como entonces, como siempre han sido. Y la Taberna Juramento es una de estas últimas. Quizás la decoración sea ya de taberna de barrio. Y la barra de entrada le sobran adornos pequeños, a mi parecer (como guardaban nuestras madres y que hacían el decorado del mueble del salón porque tapaban otros objetos). Esta taberna tuvo momentos gloriosos en otros tiempos, siempre en el boca a boca de la gente: recomendándola por su precio, después pasó por tiempos difíciles y muchos pensamos que hasta estaba cerrada, pero no. Los actuales propietarios llevan con la taberna ya diez años.
Salta a la vista, sobre todo para nosotros que vamos tras los vinos de la DO Montilla-Moriles la variedad de vino envasado en bag-in-box: fino, dulce PX, vermut, quizás tinto, y todo de la bodega Sillero, de La Rambla.
El patio es recogido y acogedor, y el día que fuimos lo disfrutamos de una buena temperatura y tranquilos, ya que eramos los únicos allí.
Tras charlar por muy distintos temas fuimos probando algunos platos de la taberna, algunos de ellos que son la especialidad de la casa. En particular, pedimos una media ración de poatatas bravas (un poco aceitosas y la salsa tenía poco de pique), una ración de croquetas de espinacas y piñones y un San Jacobo de berenjena.
Las croquetas estaban bien hechas y sabrosas, pero son un plato que pocas veces me convence fuera de casa. Y en este caso eran mejores de lo normal, pero vamos que no me sorprendieron. Y es que Raquel no se puede controlar ante unas croquetas.
 El San Jacobo es un plato original y me parece que merece intentarlo hacer en casa. La berenjena es una verdura complicada de hacer porque si no está tierna por cocción resulta correosa y dura. Quizás el calabacín daría también juego y siempre es más jugoso. El caso es que nos gustó aunque la berenjena estaba algo dura.
Los vinos que tomamos, todos de Bodegas Sillero, eran bastante sencillos. El fino es bastante ligero, más turbio de la cuenta y sin razón aparente. Lo que me trae a la mente la afición de enturbiar los vinos con el fin de que parezcan sin filtrar. El vino no estaba mal, pero con poca gracia, sin acidez o viveza, sin astringencia: simple en definitiva. Tanto, que no repetimos.
El vermut es de la misma bodega y tampoco era de resaltar: más dulce de la cuenta o quizás que le falte acidez.
Según comentaba el dueño, el tener de una misma bodega es que para que los parroquianos no extrañen el vino que se le sirve.
En el patio, uno comentaba de los tiempos en que la taberna Juramento era referencia en el tapeo, ya hace tiempo de eso, que era frecuentada por los progres de la ciudad y que si pedían una copa de tinto, el dueño les decía que aparte del Savin, tenían otro pero que era peor. Que allí lo normal era tomar fino.
El precio de cuatro cervezas, cuatro medios y tres vermuts, más media de bravas, una ración de croquetas y el San Jacobo de berenjena, 31 euros. Correcto, un sitio para tapear, que debe tener su fuerte en los fines de semana.
Como se ve todo frito, pero el aceite no pesaba, bien.
El sitio, o el patio lo mejor de la casa.














viernes, 13 de marzo de 2015

Tesoros del Sur

En la revista digital de Spanish Wine Lover se ha hecho un recorrido por vinos de Manzanilla y de Pedro Ximenez de la DO Montilla-Moriles.
Desde los vinos de un precio bajo hasta aquéllos de muy larga crianza, con tiradas muy limitadas, y por supuesto de precio alto.

80 tesoros del sur: manzanilla
86 tesoros del sur: Pedro Ximenez

Respecto a los PX en este blog hemos visitado algunas de estas bodegas y también comprobado la clase mundial de algunos de estos PX. Supongo que en una próxima entrega deberían rapasar los amontillados, el otro tesoro, este vino aún desconocido y que es según los entendidos, y para mi también, el mejor vino posible: eterno, muy largo y con dos crianzas (a falta de una).

lunes, 9 de marzo de 2015

Taberna Sibarita Fussion Restaurante: así se llama

La Taberna Sibarita Fussion Restaurante, nombre de este nuevo negocio situado en uno de los puntos de más tránsito en esta ciudad: en la calle Manuel Cuéllar Ramos. ¿Mande? ¿Dónde está eso? Pues en el Vial Norte, ah¡, en la Av. de la Libertad, junto al hotel de colores (el Córdoba Center). Hombre. claro, cualquiera en esta ciudad le puede dar pistas del lugar exacto, no tiene pérdida. 
Antes había una taberna Sibarita, en la misma calle, y que se especialazaba en tapas y algunas raciones. Bueno, que parece se han mudado unos metros más abajo y han dado un golpe de mano al negocio, y que es el que visitamos estos días. Tanto, que la antigua taberna parecía cerrada.

El lugar es espléndido, justo allí se situó una cervecería irlandesa, que se sustituyó por el Fifty Fifty, que visitamos en su momento y que cerró por un grave suceso. 
Está claro que el mantener este local debe ser alto y que se necesitan muchas visitas del personal para cubrir gastos, pero por ahora es un sitio con buen gusto y bien atendido.
La decoración blanca es la que predomina en el Sibarita, al igual que otros nuevos locales recién inaugurados al albur del tirón turístico cordobés. Las mesas y sillas son cómodas, al menos las de fuera, y hay espacio para moverse. 
El personal, bastante numeroso por cierto, es muy atento. Tan sólo levantamos la mano con dos dedos y cuando nos dimos cuenta teníamos dos tubos de cerveza en la mesa, que es lo que queríamos por cierto. La chica que nos atendió, la de la foto, es una muy buena profesional.
La cerveza se supone que era de tipo artesanal, de Estrella Galicia; como se ve tenía un intenso y agradable color pero que no se correspondía con su sabor, era más la presencia lo que llamaba la atención. Eso sí, la jarra o tubo en este caso, era bonito, bien presentado pero el contenido tenía poca fuerza con poca espuma. El tubo es a dos euros.



En cuanto a la carta, es variada y de un precio a priori correcto, y como había poco de tapeo pues hubimos de pedir raciones. 
El único fino que tienen es el Eléctrico de Toro Albalá, y como se ve los catavinos están grabados con el nombre de la bodega: otro detalle de buen gusto. La pregunta es, ¿qué pasa si cambian de vino? ¿les dan los catavinos la bodega, a modo de permamencia como en los móviles? En cualquier caso, es otra buena imagen para la taberna. Este fino, es de los mejores de Montilla-Moriles y nunca nos ha fallado: un vino serio, con buenos aromas de crianza y muy buena acidez, perfecto para el copeo, como hay unos pocos más que se pueden tomar en la ciudad. Precio, 1,60 euros.
De primero se pidieron unas berenjenas con ahumado. Bien presentado el plato. Gracias a que en ese momento eramos sólo 3 porque si no hubiera sucedido como cuando fuimos a comer sushi en el restaurante japonés Cochinchina. Se trata de emparedado de berenjena, salmorejo y ahumados. Unas rodajas de berenjena asada o cocida, después una capa de crujiente fritura, una de salmorejo, de nuevo berenjena, la capa de fritura, salmorejo y el ahumado: un plato bien hecho y original por 8 euros.
De segundo, medallones de solomillo ibérico que por 11 euros se puede decir que es un plato caro. La carne era tierna, algo más hecha de la cuenta, más no compensa. Habrá que buscar los mejores platos del Sibarita ya que era nuestra primera vez.
 La cuenta final fueron 36 euros, y que constaba de las dos raciones mencionadas, cuatro cervezas y 6 medios de fino Eléctrico.
Se puede concluir que es algo caro, pero si tenemos en cuenta el sitio donde se encuentra (en una de las mejores zonas de la ciudad), siempre animado y con mucho movimiento tanto de gente como de tráfico; y que está puesto con buen gusto y que está muy bien atendido, entonces está dentro de un precio casi normal, y le daríamos un notable, 7,5.
Está claro que tienen un duro trabajo por delante para consolidarse, pero creemos que si combinan diseño de platos con buena cantidad en los mismos, se puede convertir en un sitio de referencia. Habrá que seguirlos.







jueves, 5 de marzo de 2015

Nuevos galardones para la vitrina de Toro Albalá

La Bodega de Aguilar de la Frontera, Toro Albalá ha conseguido dos galardones principales en el concurso Mundus Vini 2015. En particular, el Don PX Gran Reserva 1986 logró el Gran Oro, y el Don PX 1965 Selección la medalla de oro y la mención de mejor Sherry (Best Sherry).

Enhorabuena a la bodega y suerte la mía de haberlos probado en la bodega.
http://aderramar.blogspot.com.es/2014/11/una-visita-guiada-toro-albala.html

miércoles, 4 de marzo de 2015

Ya están los puestos de caracoles en las calles de Córdoba

A la mínima que aparece el buen tiempo aparecen también los puestos de caracoles en nuestra ciudad. En total 35, y tiene su propia web: http://cordobacaracolea.es, para informar de noticias sobre los puestos, platos, etc. Todo un acontecimiento en esta ciudad. En muchas ciudades se consumen caracoles, pero en pocas se montan puestos en la calle al efecto.
Hay variedad en los tipos que se pueden consumir, y ya parece la lista de tapas de un bar: chicos con caldo, cabrillas, con tomate, gordos picantes, gordos en salsa, y otras nuevas especialidades.
Esta semana probamos una de gordos en salsa, tras preguntar a la chica del puesto cuál se comería ella:
- si no le da repelús, los gordos son los mejores.
Y en verdad, que estaban realmente buenos, bien trabados, con su salsa carnosos, … en su punto.
Habrá que probar las nuevas especialidades de este año, ya que se han consolidado los caracoles a la carbonara
Como todos los años pensamos que aún no están en su momento porque amargan. Pero eso era antes, e que había que esperar a los días de tormenta de primavera para ir a coger caracoles al campo. Ya no, con las granjas que hay aquí y en Marruecos, cualquier época es buena para comerlos. Ya no hay temporada, siempre lo es. Aunque parece que aquí nos basamos por la entrada del buen tiempo, con mediodías cálidos y los dejamos de comer cuando ya en junio, hace ya demasiada calor.
Las granjas de caracoles ya se proponían como una alternativa rentable, y actualmente en Andalucía hay al menos 30 granjas de cría de caracoles. En estas granjas hay una zona dedicada a la producción de las hierbas que les gustan: trébol, acelgas, cardos, etc. En el centro del IFAPA en Hinojosa del Duque (Córdoba), en el centro del IFAPA en Córdoba es el único en formación de los que deseen montar una instalación de este tipo. Es muy interesante comprobar cómo los humanos hemos reproducido el ambiente que precisa el caracol, aunque sólo cubre por ahora el 35% de la demanda.
Desde aquí, un brindis por la primavera que está ya en el ambiente y que como siempre se ha dicho, la primavera (adelantada) la sangre altera. Vamos, como siempre.

domingo, 1 de marzo de 2015

La Cochinchina, un japonés cordobés donde se come bien y es divertido

En la calle Santa Victoria se encuentra este nuevo local de comida japonesa, la Cochinchina. Un bonito y sonoro nombre que gusta, al menos a mi por su significado y buen rollo.

Allí quedamos y que conocía sólo por las redes sociales y a que Isa Calvache, conocedora de la cultura japonesa y que se dedica actualmente de guía integral de turistas japoneses en Córdoba.
Una vez nos aseguramos que disponían de fino, en este caso, ecológico de Bodega Robles. 


Hay que decir que los vinos de Jerez, cuya DO está más adelantada que Montilla-Moriles en su acercamiento a la comida oriental, cuadran muy bien con esos sabores salinos. Y quisimos comprobarlo en persona. 
Como siempre empezamos con cerveza, y uno se pidió una cerveza japonesa, Kirin Ichiban, elaborada en Düsseldorf (Alemania); se supone siguiendo las directrices de allá. Pero no nos convenció ese gusto.

La carta de los platos que tienen es corta pero sirve para hacerse una idea como primera aproximación a esta cocina. En particular la dueña-cocinera ya estaba desde hace más de un año en el mercado Sánchez Peña. De allí se salieron y montaron este local. La decoración es simple, casi austera.
En vez de pedir tapas o sushi o… nos dejamos aconsejar y pedimos un menú con 3 raciones por 9,5 euros.
Tengo que decir que siempre que veo menú me lanzo a por él, ya que son muy pocas las veces que un menú de un local me ha decepcionado, parece como si los dueños pusieran la comida diaria al más alto nivel
De primero una ensalada Wahame, con unas algas sabrosas, delicadas y que aprendimos a coger con los palillos. Es fácil comer con ellos, ... siempre que no tengas prisa, claro.
Se puede acompañar mojando en salsa en sala de soja, muy sabrosa, pero al poco te das cuenta que las algas, o bien la fresa, o lo que mojes saben bien con soja. Por lo que decidimos no abusar de ella: es que es como adictiva.

De segundo, 6 porciones de sushi, en 3 formas. Como en este caso éramos 3 cogíamos a 2, o sea que no podíamos probar de cada sushi: o bien descartamos o bien los partíamos.
Y como parece que los japoneses no necesitan cuchillos, hubo que partirlos con los palillos. ¡Qué destrozo, pero salió bien! Y comimos, y mojamos sushi en soja, otra vez, ... hasta que por fin mandamos el cuenco de soja a otra mesa.

En esto que ya habíamos pedido el medio de fino Roble ecológico, suave, con ligeros aromas de madera. Combina mucho mejor que la cerveza con la comida japonesa.

De tercero, unos noodle de verdura: calabacín, pimiento rojo, semillas de sésamo.
Los noodle son un fideos anchos, tiernos, delicados y muy sabrosos. Es un ejercicio de buen  pulso pillar los escurridizos noodle con los palillos. Pero al final caen y éramos capaces de hasta de plegarlos o hacer nudos con los noodle. Es realmente divertido… de nuevo, si no tienes prisa. Empiezo a comprender el buen sentido de la paciencia oriental, o eso creo que son… pacientes. Y es que con palillos olvídate de cucharón y paso atrás.

En resumen, que lo pasamos realmente bien en la Cochinchina, comimos o tapeamos bien y fue diferente.
La cuenta: 3 cervezas, 3 medios y el menú por 21 euros.
Las raciones eran generosas y bien elaboradas, aunque no tenemos experiencia en restaurantes japoneses. La verdad es que cuando he ido al extranjero no me he acercado a un restaurante español porque son bastante diferentes a la comida nacional. Así que como novatos, pues nos gustó.
Es una visita recomendable, al menos por probar