martes, 28 de marzo de 2017

5 vinos en busca de sus platos de autor

Últimamente hay nuevas ideas sobre cómo maridar (¡qué poco me gusta ese palabro!) platos y vinos, y es hacerlo justo al revés: ¿qué preparamos de comida para ese vino que quiero probar?

Esa nueva forma de enfocar el disfrute, no se da sólo en restaurantes de nuevas tendencias, tal como me dijo José María Moreno, que de esto sabe un montón, sino entre aficionados a estos menesteres.

La última reunión de la Asociación de Sumilleres de Córdoba fue sobre esa actividad y el resultado fue divertido, porque nos lo pasamos bien en estas reuniones, y sobre todo en casa de Joaquín y su mujer que son unos excelentes anfitriones: buen humor, dispuestos a cualquier deseo, así como su encantadora ayudante de sala.


La historia era de cómo se tuvieron que comerse el tarro los cocineros implicados para que los vinos que habían probado previamente armonizaran con los platos que habían pensado. Y estuvieron en esta tarea varios días. 

Los cocineros fueron Jesús Manuel Requena, Daniel Plá y Miriam Cózar.

El primer vino fue el tinto Liberalia 0 2015, de la DO Toro, y que tiene un ligero paso por madera, con notas de fruta roja, y la pareja de hermanos Antonio y Carmen Requena combinaron este vino con una media endivia a la plancha, queso y frambuesas. Curioso el plato, y buena introducción a la cata.
Cada plato le acompañaba una música ambiente, y se escogió una canción de Amancio Prada.

El segundo vino, fue otro tinto, Vertijana Syrah 2011, de Vinos de Calidad de Granada, el cual resultó mucho más cargado de aromas varietales que el primero, a flores, frutos rojos. La bodega se sitúa cerca de Guadix, una tierra donde se producen buenos e interesantes vinos blancos y tintos. 
Y con esas hechuras Jesús propuso bacalao en lajas, y acompañando una salsa con cardamomo, manzanilla y té asiático. Este plato, muy bien decorado, mostraba todo un abanico de aromas y sabores. 
Aquí la tierra de Granada sonó muy bien con el Último Vals (Leonard Cohen) versionada por Enrique Morente.

Y a partir de aquí comenzó Miriam, que tenía que proponer platos para dos de los mejores vinos  de la DO Montilla-Moriles.

El fino viejo Capataz, de Alvear. 
Un vino muy equilibrado, redondo, con tendencia ya a a pasar a amontillado. Al principio me pareció poco salino, poco afilado, pero en la copa pronto empezó a mostrar o descubrir su enorme sabor y olor, acompañado con un ligero amargor. Muy bueno este vino, de clase superior.


Miriam lo combinó con un tiradillo de atún, aguacates y algas, que le venía como anillo al dedo: mucho sabor, acidez, con distintas texturas. Debo decir que Miriam cocina y domina la combinación de sabores de una forma prodigiosa.  
Muchos le comentamos que si montara un restaurante no dejaríamos de visitarla. Pero ella tiene muchos proyectos y no para; suerte que tuviera tiempo para esta reunión.
La música la puso una interpretación de la chelista Yo Yo Ma de un tema de J.S. Bach, el viejo peluca que decían los de clásicos populares.

Aquí la gracia fue que había tres botellas que amablemente trajo Bernardo, y claro, con lo bueno que estaba empezaba a faltar en las mesas. Entonces Bernardo se sorprendió porque el vino a la cata con 6 botellas. Al final aparecieron las otras tres botellas, que fue comentado y celebrado con gran regocijo general.

 El Amontillado Marqués de Poley, nos lo trajo Pilar de Toro Albalá. Otro vino grandioso. Aromas a barniz, cítricos, orejones, sabores dulces y ácidos. Un vino también exquisito, muy equilibrado.
Hay que decir que este vino es mucho vino, muy potente, con una acidez notoria. Y Miriam se enfrentó a él de una forma muy original: con pulpo de Motril y con rodillera de ternera, pimienta africana y setas. Es mucho vino ese amontillado, y quizás lo normal es combinarlo con una carne, pero aquí se demostró la cocina de autor.

Por último Daniel Plá, siempre  un agradable espectáculo visual en sí mismo, preparó un postre llamado PePi para acompañar al PX 1987 Gran Reserva de Toro Albalá.
Pera Picante es lo que hizo, nunca había probado un postre picante. Hay que saber mucho de cocina para atreverse, y el resultado muy original. 

La guitarra del Tomate alargó la buena cata, la tertulia y el buen humor reinante. Qué bien toca el chaval, y que contenido es en lo personal... Hay muchos artistas flamencos que se salen del estereotipo de fiesta continua: Tomatito, el guitarrista almeriense, por ejemplo.

Por supuesto la reunión transcurrió por los buenos sentimientos de desearle a los dos finalistas del concurso de sumilleres en su participación al concurso nacional.

Y sin más nos despedimos hasta la próxima que parece que es una cata de vinos y cavas de Freixenet. Vale, pues intentaremos asistir, y disfrutar.



















martes, 14 de marzo de 2017

Cata de vinos de Bodegas Tobía, riojana de pura cepa

Ganas tenía de probar los vinos de esta bodega riojana, que aparece en muchas guías como vinos de muy buena relación calidad-precio. 

Y a esta cita de la Asociación de Sumilleres fuimos muchos al restaurante Casa Rubio con las mismas ganas e ilusión de probar los vinos de Bodegas Tobía.

Esta bodega pasó en 1994 de ser una típica elaboradora de vinos cosecheros, del año, vinos fáciles de beber, a sacar al mercado vinos con una mayor complejidad, tras pasar Óscar Tobía a dirigir la bodega familiar.


Las uvas provienen de distintas zonas de la Rioja, ya que apenas si cuentan con viñedo propio y la bodega se sitúa en el término de Cuzcurrita de Río Tirón. 
Las viñas tienen por lo general más de 30 años y están actualmente en un proyecto para elaborar vino de una finca con viñedo prefiloxérico.


En cuanto a la elaboración de vinos, son de las pocas bodegas riojanas que disponen de depósitos tipo Ganimedes que facilitan una mayor extracción de color y aromas, respetando a la vez la integridad de las uvas. 

Además hacen gala de dar prioridad al vino de lágrima, el obtenido directamente por gravedad, en vez de por el vino prensado, sacrificando cantidad pero aumentando calidad. 


También emplean barricas con asiduidad, y siempre la fermentación maloláctica se realiza en barricas. Y por último, en el caso de los tintos no llevan a cabo filtración o clarificación del vino.
A la cita acudió el responsable de la bodega Óscar Tobía y el enólogo de la misma, todo muy bien atendido por el personal de sala de Casa Rubio.

Daimon Blanco 2015: 30% Viura, 15% Tempranillo blanco, 30% Sauvignon blanc y 25% Malvasía. Un blanco con maceración de hollejos, fermentada cada variedad en barrica y después con 3 meses de crianza en madera.
Un vino floral, de aromas limpios, agradables a fruta tropical. 
En boca es suave y redondo, con buen retrogusto. Más tarde los aromas a madera salen, todo muy fino. Con una buena acidez, y algo de amargor, quizás le falte algo más fuerza, como si pudiera dar más de sí.
Combinado con mazamorra de almendra, con huevas de salmón y melva.

Tinto Graciano 2012, ha permanecido 18 meses de crianza en barrica de madera húngara. Un vino con muy alta capa. Aromas a fruta roja y también vegetal. Resultó poco aromático. En boca es cálido y con tanino agradable.
Se sirvió la muy rica ensaladilla con pulpo, pimentón y sal negra volcánica, tal como me dijo Miriam, una experta en cocinar y en dominio de sabores.

Selección Tobía 2013. Con 70% de Tempranillo, 18% de Graciano y 12% Garnacha. 
También muy alta capa. Con fruta roja y negra, también aromas a café y cacao. En boca es dulzón, fruta roja, lácteos, con un buen retrogusto. Crianza de 20 meses en barricas de roble francés y americano.
Un vino muy bien hecho y a un muy buen precio.

Oscar Tobía 2012 Reserva. 93% Tempranillo  7% Graciano. Con 24 meses en barrica. De principio parece mucho tiempo en madera de roble a menos que el vino aguante el empuje de la crianza.
Un tinto muy riojano, con fruta, vegetal, balsámico, tabaco, un tanino suave. Era otro clase vino, de otro nivel.
Se acompañó de un surtido de croquetas,

Y llegamos al por ahora mayor reclamo de esta bodega, el rosado Alma de Tobía fermentado en barrica y con varios meses de crianza. El probado era del 2015, pero han hecho cata vertical incluyendo también al 2014.
Hecho con 55% Tempranillo, 35% Gracián y 10% Merlot. Es un rosado diferente en elaboración. Para empezar 36 horas de maceración.
Es cerrado en nariz, con fruta pero nada parecido a lo normalmente visto o probado de un rosado con exceso de aroma frutal.


En boca es glicérico, con buena persistencia, buena acidez. Es un vino diferente, o gusta o no. Y partticularmente no me satisfizo tal como esperaba. Ni que decir tiene, que a otros sí que les gustó.

En resumen una estupenda y bien llevada cata con sus protagonistas directos, con muy buenos vinos.
Y de nuevo, qué decir sino estar agradecidos de excelente trato el recibido el Casa Rubio.

Así se hace afición. Y esperando a la próxima cata.

 












lunes, 13 de marzo de 2017

Restaurante Café La Antigua, sustituyendo al antiguo Cafe Gaudí

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Crónica de Raquel Morrison, en ausencia por catarro primaveral de Pepe Peinado. 

De nuevo nos juntamos los Tabernicolas en esta taberna que ha sido remodelada tras el cambio de dueños. El antiguo Bar Gaudí ahora conocido como La Antigua.  

Quino contó su recuperación de la operación y sus gratificantes lecturas durante la convalecencia: Bolaño, Vila-Matas, Jane Jacobs, etc. Manuel llegó un poco tarde de sus aventuras arqueológicas en el campo. 

Nos chocó un poco el cambio de decoración, han optado por esa línea blanca que es como una epidemia en los nuevos locales que se abren en Córdoba, la abundancia de maderas permite que sea un bar silencioso donde puedes conversar sin problemas de ruido. 
Manolo comentó que el antiguo Gaudí tenía unas imágenes modernistas que han desaparecido y una decoración en general mucho más cálida.

Empezamos con unas cañas a las que acompañaron unas aceitunas. Otra vez, aceitunas.
 En la carta de vinos no aparecen finos de Montilla-Moriles, solamente nos ofrecieron Los Naranjos (de Bodegas El Monte, de Moriles), que fresquito nos resultó muy agradable. 
Tienen una carta de Tapas a 3 euros abundante. La ensaladilla y los calamares fritos muy buenos. Tanto nos gustaron los calamares que pedimos media ración más. No nos pusieron pan. Es curioso que el medio de fino (1,50) sea más caro que la caña (1,40). La media ración de calamares sale por 5 euros. El servicio rápido y atento. 
La terraza nos resultó en exceso invasiva pues deja un itinerario peatonal con la fachada muy escaso en relación a la amplitud total del acerado. Aparcamos la bicicleta delante del Corte Inglés. 
La empresa que se ha hecho cargo tiene un nombre curioso Xiouxie y Las Hadas del Mal SL.

Habrá que repetir para probar otras viandas.