Quino contó su recuperación de la operación y sus gratificantes lecturas durante la convalecencia: Bolaño, Vila-Matas, Jane Jacobs, etc. Manuel llegó un poco tarde de sus aventuras arqueológicas en el campo.
Nos chocó un poco el cambio de decoración, han optado por esa línea blanca que es como una epidemia en los nuevos locales que se abren en Córdoba, la abundancia de maderas permite que sea un bar silencioso donde puedes conversar sin problemas de ruido.
Manolo comentó que el antiguo Gaudí tenía unas imágenes modernistas que han desaparecido y una decoración en general mucho más cálida.
Empezamos con unas cañas a las que acompañaron
unas aceitunas. Otra vez, aceitunas.
En la carta de vinos no
aparecen finos de Montilla-Moriles, solamente nos ofrecieron Los Naranjos (de Bodegas El Monte, de Moriles), que
fresquito nos resultó muy agradable.
Tienen una carta de Tapas a 3 euros
abundante. La ensaladilla y los calamares fritos muy buenos. Tanto nos gustaron
los calamares que pedimos media ración más. No nos pusieron pan. Es curioso que
el medio de fino (1,50) sea más caro que la caña (1,40). La media ración de
calamares sale por 5 euros. El servicio rápido y atento.
La terraza nos resultó
en exceso invasiva pues deja un itinerario peatonal con la fachada muy escaso
en relación a la amplitud total del acerado. Aparcamos la bicicleta delante del
Corte Inglés.
La empresa que se ha hecho cargo tiene un nombre curioso Xiouxie
y Las Hadas del Mal SL.
Habrá que repetir para probar otras viandas.
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