Estos nombres se dieron a la calles por su cercanía al Hospital de la Cruz Roja, y cuando se urbanizó la Huerta del Rey en los años cincuenta se buscaron personaje s ilustres de la medicina de aquelos tiempos.
Se trata de una calle peatonal, con jardines y arbolado que le hace ser fresca en los días y noches de verano, por lo que hemos frecuentado este sitio en repetidas ocasiones.
Parece que últimamente además de los vecinos y algunos que lo conocemos, es cada vez más conocido por el turismo extranjero porque tiene buenos precios pero apartado de la zona más turística.
Rebuscando en internet aparece la entrevista a Juan quien comenta que el cambio de carrera ofiocial de la Semana Santa le ha venido muy bien a su negocio por su proximidad a la Mezquita.
Los propietarios, María José y Juan, son naturales de Espejo, un pueblo conocido por sus fábricas de embutidos. Recuerdo que en mi niñez, si el viaje por la carretera de Granada iba bien, había la posibilidad de parar en casa Lorenzo a comer uno de sus sabrosos chorizos al vino.
Es por eso, que una de las raciones de la casa y que tienen anunciada bien grande en un cartel a la entrada del bar es el plato espejeño: patatas al pelotón, huevos y pimientos fritos, y por supuesto chorizo y morcilla.
Las raciones son abundantes y a buen precio.
Los calamares fritos, saben a calamares; es de perogrullo pero cada vez más se sirven preciosas raciones de calamares, que creo vienen congelados y lavados de origen, por lo que apenas queda sabor marino.
Los finos son El Pato, Doblas y El Gallo.
La ensaladilla (en este caso la foto corresponde a la media ración) también está bien servida.
Del servicio, los camareros, algunos ya mayores, tienen un humor encomiable, que hace uno preguntarse como pueden estar siempre de tan buen humor y con ganas de guasa.
Una de las veces que fuimos sucedió tras la Cabalgata de Reyes Magos. Llegamos un patrullón familiar al otro bar del negocio, La Tabla, que está en la misma calle y un poco más abajo del Natali. El camarero nos recibió con la mejor de las sonrisas y dispuesto a que cambiaramos cuántas mesas quisieramos. Nos sirvió rápido y todos contentos.
El precio de ocho consumiciones, cuatro cervezas, cuatro medios y la media de ensaladilla, y la entera de calamares: 24 euros.
Muy bien de precio, sitio agradable, cómodo, y muy bien atendido.
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