Está situada en la céntrica caller Alonso de Burgos, aunque su entrada principal está cerca de la plaza de San Hipólito. Este local lo recuerdo como un restaurante o taberna, por ejemplo fue hace tiempo el restaurante Hispania, y todo debido a su excelente situación que le permite tener una fresca terraza. Ahora con una cervecería que se encuentra justo enfente, siempre hay un acúmulo de gente que hace que esté aún más animada la plaza.
Se trata de una taberna agradable, espaciosa, bien atendida y que cuenta con el reclamo de la tapa incluida en el precio de la consumición, y en este caso la tapa está bien hecha. Tienen tapas frías, con lo normal: salmorejo, patatas alioli, boquerones en vinagre, ensaladilla, anchoas o tortilla; y también sirven molletes de embutido y otras: como unas gambitas, etc.
El vino. He estado varias veces y han tenido fino de Segunda Bota (Delgado, Puente Genil), un fino serio, hecho, sin filtrar, de un agradable e intenso color amarillo verdoso, con una nariz punzante, de trago lento, algo amargo, para disfrutar a sorbos. Según refiere el docto Manuel López Alejandre, un fino de treinta minutos.
Creo que también he probado en esta taberna el fino Doblas, que para mi gusto es uno de los mejores en cuanto que es fresco y a la vez, con buenas notas de crianza biológica. Y disponen del Gallo, pero no me gusta.
En resumen, una de las tabernas más agradables de estar en el centro de la ciudad y con el aliciente de la tapa, lo cual explica el enorme éxito de la misma.