martes, 14 de enero de 2014

Navidades viajeras

Lago Llanquihuhe en Puerto Varas
Llevo tiempo sin escribir, y quiero hacer un resumen gastronómico de estas Navidades. He viajado a Chile por asuntos familiares y me ha encantado el país. Una naturaleza fruto de sus extensa y estrecha situación geográfica, que se adivina desde el avión: cuando se atraviesa la llanura argentina, larga y que parece sin fin, con parcelas rectas y caminos alargados de kilómetros se acaba en la cordillera andina. Y después es casi todo sierra. El Sur es verde, todo verde con volcamos nevados en verano y el Norte es todo desierto, llano, montañoso, desolador.
Caldillo de congrio en Puerto Montt
En cuanto a la comida en Chile me ha sorprendido por su simpleza, de unión de materias primas pero sin apenas ligación. El tentempié más conocido es el completo que es un pan de salchichas, con una salchicha y en vez de ketchup y mostaza, tomate y palta (o aguacate). Y también están las empanadas,  pero pocas me han gustado. Las empanadas que preparan en La Tranquera en Córdoba son muchísimos mejores. Eso sí, hemos comido ceviche de calidad y en los mercados: de navajas, mejillones y almejas en Valdivia; de almejas enormes en Chiloé, y de camarones en Santiago.
El pescado es exquisito: caldillo de congrio en Puerto Montt; corvina en el restaurante La Olla en Puerto Varas, el mejor sitio donde he comido en Chile.
Y el asado de carne con sus salsas.
Y no he hablado de los vinos chilenos, los que he probado me han parecido bastante buenos, y aromáticos. Pero debido a que mi hija no bebe pues casi siempre tomaba cerveza: la Kunstman.


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