


La Taberna tiene una decoración totalmente taurina y además tiene espectáculo flamenco: típico, ¿no? Se puede uno sentar en las mesas de la entrada, y disfrutar ya de los días primaverales en los que la luminosidad inunda todos los rincones. En este local se reunían los miembros del Aula del Vino, y se pueden ver fotos de Manuel López Alejandre, y del que siempre he considerado uno de los más amenos relaciones públicas del vino en nuestra ciudad: Fernando Pérez Camacho, nuestro querido profesor de viticultura.


En cuanto a los vinos, tienen dos: de la bodega Ortega Marín, un fino con bastante nervio, agradable en boca, y buenos aromas de frescor: El otro es del Lagar Blanco, bastante más hecho pero muy plano, con pocos aromas. Este fino lo hemos probado en rama, sin filtrar, en la Taberna Salinas de la Judería y es una delicia. Pero éste estaba envasado y cambia mucho. Me gustó más el primero y que además ha sido la primera vez que lo he catado.
En resumen, una taberna para pasar de vez en cuando por sus alrededores, pero que tiene actualmente una gran competencia en los numerosos locales de la zona, muchos de ellos mejores.
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