viernes, 19 de noviembre de 2021

A Mortero, se come muy bien y el ambiente, entrañable

        Con motivo de una celebración familiar, he estado en A Mortero, el nuevo restaurante micro de Córdoba. El dueño lleva años dando vueltas por muchos sitios, hasta llegar a su ciudad natal y tratar de abrirse camino como otros muchos en la gastronomía cordobesa, que por cierto todo lo que es el centro está casi dominado por franquicias o tiendas foráneas.

        El bar restaurante está en la calle Alfaros 1, junto al Ayuntamiento, en una localización lo suficiente tranquila si el trafico lo permite, pero cada vez es más difícil hacer una incursión en coche por esa zona a menos que seas residente, que son muchos (G a D.m.).

                            


        Quien me lo recomendó fue un miembro destacado de nuestra Asociación de Sumilleres, por lo que no tuve dudas en que lo que buscaba: un lugar pequeño (lo es), acogedor (lo es), poco ruidoso (no lo es), y que se comiera bien (sin duda lo es).

        Sin más preámbulo paso a describir mi impresión del sitio.  La mesa que nos adjudicaron era un velador, pero suficiente, ya que la mesa de al lado que estaba reservada pero no vinieron, tenía una mayor. Quisieron cambiarla pero ya mitad de comida, lo que menos importa es ya el sitio, y sobre todo levantarse y parar el ritmo.


Menú.

1. Guacamole con langostinos. Nada de particular o reseñar, ya que en estas próximas fechas será un sabor muy común en las tapas de las mesas navideñas.


2. Ostras con picadita de pimientos

    Ceviche con mango

    Zamburiñas con mojo picón,

No estoy habituado a las ostras crudas, por lo que no puedo ni debo opinar, pero las zamburiñas, sobre todo, y el ceviche estaban muy sabrosas.

 


3. Garbanzos con calamar y mejillón. Se presentaba como se ve en la foto con una salsa oscura de la tinta, y un pique de curry verde al principio destacado a mal, pero cuando la boca se hizo a ello estaba realmente delicioso.

La otra bulliciosa mesa de al lado, repitieron el plato, lo que da idea de lo que comento.



4. Salmón con crema, gamba blanca y dátil. El mejor plato a mi parecer, por el salmón que era crema por lo bien hecho.



5. Lomo con couscous, boniato, dátil más agua de azahar. 

Debo decir que está bueno el plato pero le comenté al dueño que lo dulce le pegaba poco al lomo que no estaba precisamente muy adobado. Si se hubiera puesto el couscous arriba, y no al fondo, mejoraría porque ya el cliente decidiría por un sabor fuerte (lo normal) en lugar del sabor dulce acompañante.


6. Crema catalana, con crema de chocolates especiados y fruta deshidratada.

Sabroso el postre, pero muy grande el recipiente para el tamaño de lo ofertado. Ya digo, se podía repetir, pero ya a esa altura no más por favor. La mesa de al lado con jóvenes médicos repitieron algún plato.


      
         En resumen, buena y variado almuerzo con una comida de calidad, con vinos al perfil del precio final (45 €/persona), algunos mejores y otros pasables, aunque todos honrados por la atención de quienes lo servían. Les deseo buena suerte.

  
     

 

                                    

 


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