martes, 9 de mayo de 2023

Cata de quesos Plazuelo

La quesería de Plazuelo se inauguró en 1994, y he tenido la suerte de comprar queso en su sede de Villaralto, en el Valle de los Pedroches. Sus quesos siempre me parecieron muy auténticos, plenos de sabor; y recientemente Francisco Plazuelo le he cedido el testigo a su hija Ángela.

En un salón del Hotel Córdoba Center (el de los colores de noche) nos juntamos un buen número de la Asociación de Sumilleres de Córdoba, con Francisco y Ángela Plazuelo para probar sus quesos, muy nuevos para lo que yo conocía en su tiempo.

Se realizó la explicación de la elaboración de cada queso por Ángela junto con su degustación, y a la vez tomando una copa de vino, cinco en total, que había seleccionado Rodrigo. Los quesos se comentaron en orden inverso a las agujas de reloj, siendo el número 1 el queso de cuña tipo Mahón.

 

1. Queso semicurado de vaca con fino de la zona de Montilla-Moriles. Tras el cuajado de la leche se incubó durante 20 minutos con vino fino, y en mi caso no percibí en el queso el efecto del vino. El queso era muy cremoso, agradable y el vino de acompañamiento era del Lagar Sta. Magdalena (14% alcohol), con toques de levadura y mucho cuerpo. En definitiva, el vino se comía al queso.

 

2. Queso curado de oveja de leche cruda y cuajo vegetal. Por la elaboración de este queso graso de modo tradicional y por su delicado sabor, se está pidiendo una Denominación de Origen propia. Se somete a 7,5 meses de curación y este queso cuadró muy bien con Viña Zorzal, un Chardonnay navarro suave, con buen paso y glicérico.

 

3. Queso azul con leche pasteurizada de cabra. Un queso cremoso, que casi se puede untar, olor salado que se combinó de modo original con un vino con Botrytis noble, variedad Chenin Blanc, Baumard pocedente del Loira.

 

4. Queso torta de leche de oveja, con mucho olor, sabroso, más amargo que el anterior. Bien rico, y que cuadró muy bien con un cava Bocchoris con buen paso en boca y suave. Me pareció la combinación más acertada.


5. Queso semicurado de cabra con chocolate negro, del que hay que decir que el chocolate (al 70% de cacao) se notaba poco. Supongo que me esperaba otra cosa, con más expectativas, que me supo a poco. El vino tinto Baltasar, con uva garnacha se imponía al queso.


Tras la cata de los quesos y hablar un rato de los nuevos proyectos, como es el queso con harina de bellota, se pasó a degustar unas tapas de las que destaco los croquetas y las berenjenas fritas.

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