La calle Montero está en el barrio de San Agustín y ha sido la calle carnavalera de Córdoba, ya que era la zona donde se podía encontrar más personal disfrazado, y con más ganas de guasa; en el siguiente enlace aparece un comentario sobre la historia del carnavaval de este barrio. Para los de fuera comentar que esta es una de las zonas donde mejor se conservan los típicos patios cordobeses y que pueden ser visitados durante el Festival de los Patios de Mayo.
El Bar-Taberna Pancho está en la misma calle Montero. Este bar ha sido el de siempre de esta calle y ahora está en decadencia, pero para lo que nos interesa tiene aún buenos alicientes para visitarlo. Tiene sus buenas botas donde conservan un buen fino y al que han nombrado como El Mío, y en el que guardan vino de la Bodega Montes, de Montilla, la cual desconocía.
De un atrayente color amarillo pálido. Tiene un aroma medio, aparece algo de pegamento, manzana, dulzor en boca, glicérico. Es un vino simple, agradable, resultón, del estilo del de Bodegas El Gallo, aunque algo más hecho, al menos el que nos sirvieron de la bota.
De tapeo nada, aceitunas o patatas de bolsa.
También hemos visitado la Taberna Casa Millán, en la cercana Plaza de San Juan de Letrán, al final de la calle Montero. Un local también con sus años y en el que también ha desaparecido la cocina, pero que sirven acompañamiento de embutido con la consumición. Y este sí que es un bar carnavalero: tiene las estampas de los carteles de Carnaval que se han celebrado en Córdoba. Cuando entramos había un buen ambiente, concurrido, y nos percatamos que eran grupos de jugadores de dominó, cada mesa con su caja de dominó. En una mesa libre y con su caja, empezamos el juego y entre copa y copa, pues había que estar pendiente de cómo hacer pasar a la otra pareja y que el compañero colaborara. Este juego aparece como tal en el siglo XVIII en Europa y ahora es muy popular en Iberoamérica. Hacía mucho tiempo que no jugábamos.
El vino que sirven es el de Bodegas El Gallo o el de Montes, ambos de bag-in-box. Hay que reconocer el efecto de la bota de la Taberna Pancho porque ahora parecía mucho más sencillo, agradable sin más. Las consumiciones realmente económicas, un bar muy agradable.
Son las típicas tabernas que pasas, y que te quedas con las ganas de entrar, pero que nunca entras.
ResponderEliminarMe encanta sobre todo los variopintos personajes de la Córdoba profunda que te puedes encontrar.
Más que para catar vino, pueden valer para estudio sociológico.
Me encantan, y que no se pierdan!!