Inicialmente construida en 1908 como bodega con sus salas con botas, desde hace unos treinta años se viene dedicando con notable éxito a la restauración, tanto en sus instalaciones como por el servivio de catering.
Pero dispone de una bonita taberna que cumple con lo que se debe pedir a esa dependencia donde el tapeo, copeo y charla se entrelazan. La decoración es muy agradable con motivos taurinos y una gran colección de fotos. Recientemente han conectado esta sala con otra donde se puede comprar productos de calidad de Córdoba: jamones, embutidos, aceites, ... y todo acorde con el servicio que se dispensa y que se refleja en que se trata de uno de los restaurantes más visitados de la ciudad, tanto por turistas como locales.
En la foto se muestran los dos finos catados, uno filtrado y otro sin filtrar.
El fino que dispensan es el fino Benavides de Bodegas Moreno. Un vino limpio, de buena presencia con aromas a frutos secos, buena entrada en boca y con ligero amargor. Se sirvió bien frío por lo que el conjunto quedaba muy fresco y agradable, algo salino.
También disponen de un vino sin filtrar, el fino Cancionero de la Bodega Jesús Nazareno de Baena y que se está consolidando como uno de los mejores vino de Montila-Moriles. Servido a temperatura ambiente, este vino resulta mucho mejor en boca que en nariz, ya que resaltan algo esas notas de reducción, y queda una sensación glicérica, redonda en boca que le hace ser un vino de calidad. También con algo de amargor.
Buenas tapas, aunque en nuestro caso pedimos salchichón ibérico, muy rico con el fino.
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