Este viernes se ha celebrado la Primera Fiesta de la Vendimia en Córdoba capital y ha tenido lugar en la taberna La Montillana, en la céntrica calle San Alvaro. Entre otros actos se ha hecho una pisada de uvas y degustación de vino de tinaja. También se ha realizado una degustación de uvas de variedades blancas: Pedro Ximenez, Verdejo o Baladí y Moscatel, con el fin de detectar los aromas varietales o primarios y que se pueden encontrar en los vinos. Todos estos actos han estado apoyados por el Consejo Regulador Montilla-Moriles.
Esta taberna está abierta desde 1948 y recuerdo haberla visitado en mis tiempos de estudiante en la que ibamos buscando las tabernas por su menor coste. En aquellos tiempos, los setenta y ochenta, en los que había poco dinero y lo más económico era el fiti-fiti o mezcla a partes iguales de vino dulce PX y vino fino. Una vez estuvieron en Córdoba y corría el año 1995, unos suecos que habían venido por cuestión de trabajo a vernos se quedaron prendados del fiti y querían llevarse varias botellas. Los pobres, pero aquella costumbre se perdió y ahora pocos sitios conocen el fiti.
Esta semana nos juntamos en la Montillana porque a todos nos venía bien y como siempre, es un sitio muy agradable aunque parece que se está volviendo caro, o al menos en lo que pedimos. Los boquerones gordos a la plancha, no tan gordos, y nueve unidades salen a 7 euros. Ricos pero no lo valían, aunque supongo que su virtud es que los boquerones deben estar muy frescos. El cartucho de choco, mejor, bien servido. Y el fino estaba mal, subido de volátil y olor a acetona. Hasta el color estaba alterado. Es una lástima que los calores hayan transformado un fino que esta primavera estaba muy rico. Espero que hayan sido los calores. En fin, una vuelta a la rutina de visita a las tabernas en una que se mueve mucho, pero que esta vez nos decepcionó.
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