viernes, 5 de julio de 2013

De nuevo en la taberna La Sacristía


Hemos vuelto a la taberna La Sacristía, en el más torero barrio de Córdoba, en Santa Marina. Es un local muy agradable, con un ambiente de barrio y que sigue su curso aparte de afluencias masivas, tanto que por en Jueves Santo, cierra para acompañar al Caído. Para disfrutar de su ambiente tranquilo y decoración taurina, cualquier día es bueno pero sin prisas... y en fin de semana nos la podemos encontrar casi llena.
La barra es en forma de U con el camarero bien alto para dominar el sitio y estar pendiente del personal.
La carta es corta ya que se basa sobre todo en tapas y en montaditos, todos muy ricos, sobresaliendo el de pringá.
a la izda el fino filtrado, y derecha el sin filtrar
En cuanto a los vinos finos  tienen las dos formas de Bodegas Doblas envados en bag-in-box: filtrado y sin filtrar. Los gustos en cuanto a fino han cambiado mucho en esta ciudad, y todo está dominado por su consumo. Si antes los finos eran más secos, y el personal los quería más suaves, muy suaves, casi recién fermentados, pues se hace así. Si se quiere casi transparente, a imitación de la manzanilla, se hace sin  problema. Pero a muchos entre los que me incluyo, esos vinos no son realmente finos. Y debo decir que antes los vinos de la Bodega el Gallo, estaban muy afrutados, suaves, pero ahora no es así y prácticamente son casi transparentes y sin color, y con poca gracia. También está la otra variante, la de los vinos más hechos y a ser posibles más auténticos, casi sacados de la bota. Una buena bota de crianza con su flor, cuando se hace la saca, el vino está limpio o con una ligera turbidez. Muchas veces nos encontramos vinos sin filtrar, casi turbios.
Pues bien, en la Sacristía pudimos disfrutar de las dos varientes, filtrado y sin filtrar. El vino filtrado era más seco, punzante, mientras que el sin filtrar estaba más suave, con más aromas, en definitiva aparentemente más fresco.

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