jueves, 16 de octubre de 2014

Comer en La Tortuga

Ya estuvimos en la Tortuga probando su tortilla, pero en esta ocasión coincidimos para comer. Es un sitio agradable, con buenos ventanales que dan vida a este céntrico local y que mantiene entretenido al personal presente.
La decoración es agradable y hay las mesas justas para que se pueda estar cómodo en la Tortuga. La carta es variada aunque corta en cada una de las secciones que la componen.  En particular pedimos la tortilla, jugosa, pero otras veces la hemos probado mejor, pero de muy buen nivel. Y a buen precio la cuña.
Después pasamos a la especialidad de la casa, los hojaldres: de salmón, de espinacas, ... cayeron varios. Y para terminar, los cuscús. No conocía que los hicieran, y se pidió uno de pollo y otro de cordero. Estaban curiosos, ricos, diferentes, pero no sé, me gustan con más cuscús y menos complemento. Servido en la mesa los platos son bien vistosos.
De bebida, en mesa sepusieron los tres tipos de fino que disponen: roble ecológico, el Peseta de la Asociación de Plateros y el Cancionero. Como se ve en la foto, los tonos de los mismos son bien distintos. A mi gusto, el más equilibrado el Peseta.
También se pidió tinto Delirio de Bodegas Muñana, un joven multivarietal sabroso y aromático, perfecto para los platos ligeros que en La Tortuga sirven.
Este es un local que gusta, es simpático y con buen rollo. La cuenta, estabamos ocho y con las consumiciones y el postre salimos a quince por persona. No está mal, salimos saciados, aunque reconozco que no es para todos los días. Relación calidad-precio, bien (sobre 10, un 7,5)

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