martes, 22 de marzo de 2022

Presentación y Cata de vinos de la Bodega Arzuaga Navarro

Digo bien presentación porque el encargado de difundir los productos de la bodega hizo una excelente demostración de saber explicarse tras unas diapositivas de los vinos y la bodega que deben hacernos aprender a muchos.

La bodega se situa a 920 m de altitud y se construyó en 1993. Las paredes de la misma están hechas con los excesos de piedra caliza que recogieron para poder plantar. Por cierto, que la finca se llama La Planta por la presencia de uns encina milenaria (o casi) y se sitúa en la milla de oro de la DO Ribera del Duero ya que está en esa milla donde se localiza Vega Sicilia. En total son 1400 Has y en las que aparte de la pobreza del suelo, la diferencia térmica de 20 grados entre día y noche permite elaborar vinos con buenas hechuras. 

Las variedades son Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec (todas aprobadas gracias a que las cultivaban Vega Sicilia) y Chardonnay, ésta aún no aprobada en la DO. Las variedades francesas como máximo suponen el 25% en la botella.

En la parte norte, que es un páramo, se cultivan también en ecológico. 

Las instalaciones de la bodega hacen honor a la calidad de los vinos: sistema óptico de selección de uva, remontado por gravedad en depósitos especiales que hacen que los vinos asimilen poco aire y les permita una preservación del color durante años (como bien pudimos comprobar). Las barricas son de roble francés y algo de americano, que se recambian con una edad media de 5 años, y que tienen tanto de 500 litros como la bordelesa de 225. Para el vino especial de Arzuaga coleccción, emplean un tonel de madera de 5.200 litros.

Y pasamos a los vinos.

El primero fue un delicioso Rosado de 2021, de uvas tempranillo de 25 años. Elaborado con mosto flor tras 15 horas de maceración, y larga fermentación a sólo 12 grados. En nariz presentaba aromas a fruta roja y en boca era potente, carnoso y afrutado de mucha finura. Reconozco que estaba muy bueno.

                                     

El blanco Chardonnay FAN (Familia Arzuaga Navarro) del 2020, se elabora con uvas de 20 años de una finca con sólo 4 Has de esta variedad y se fermenta en barricas de roble francés de 500 litros. Tras 9 meses de crianza con continuas batonajes para remover lías, el vino presentaba aromas a fruta blanca y piñones y en boca era un poco más corto, aunque con una frescura gracias a sus 6 g/L de acidez.        

                                        

 

El tercero fue La Planta, el vino más vendido de siempre en la bodega, y que me supuso volver a plantearme comprar este vino tras varios años en los que me desconcertaba su falta de personalidad. Pero ahora estaba el vino de quitarse el sombrero, por los 8 euros de su compra. Tiene 6 meses en barrica, la mitad de roble americano y mostraba una excelente nariz a frutas rojas. En boca seguía la fruta, con buena acidez, algo astringente. A tener en cuenta y comprarlo.

                                  

El cuarto fue el Arzuaga Crianza, que fue el más conseguido por sus cualidades ya reconocidas en foros y por críticos. En nariz es menos potente que el anterior, pero mucho más elegante. En su composición aparte de Tempranillo entra un 6% de Cabernet, y tanto en boca como en nariz es un ejemplo de vino de Ribera del Duero. Problema, sólo se vende para comercios: porque estaba exquisito.

                                

 El Reserva Arzuaga 2018 fue el quinto vino de la noche. Con un muy buen color, intenso, y elaborado con Tempranillo y entrando 4% de Cabernet y 1% de Merlot. Aromas a especiado, cacao, muy rico. En boca es suave, muy elegante, con mucha fruta que se mastica  ya que en la fermentacuón sólo se emplean las uvas despalilladas. Muy elegante, vino de salón.

                                

Y el último y sexto de la noche fue el Amaya Arzuaga 2017, en referencia a la hija modista de los dueños. Hecho con uvas sin despalillar. Un vino que emplea sólo barricas de roble francés, muy fino y elegante. Se podría decir que en boca decepciona por lo que se espera de él y de sus 60 euros la botella, pero es un vino para quedar como un señor por un precio contenido.

                                

Una cata de altura que estuvo resaltada por la comida que elaboraron los cocineros del Hotel Soho de la Av. América, que hicieron gala de saber estar, sin notarse, de presentar unas tapas de mucha finura, acorde con los vinos. Mi más cálida enhorabuena a los organizadores y a los miembros del hotel.

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