martes, 29 de noviembre de 2022

Cata de varios champanes en Hotel Soho Boutique

    El lunes 28 de Noviembre nos juntamos un grupo de la Asociación de Sumilleres de Córdoba para catar champanes traídos por el grupo de cuatro amigos que forman A la Volé. Además les acompañaba el joven enólogo de la bodega Ossian (es decir, palabras mayores). En total fueron 6 vinos, dos de ellos tranquilos, es decir, sin burbujas, y cuatro champanes con los que mostraron todos ellos el recorrido de esta bebida a lo largo de los años.

    

    Tras mostrar la geografía de la zona francesa donde se cultivan las distintas variedades, cercana a la ciudad de Reims, capital de la Champaña, y recordar que al estar en la zona natural de comunicación entre Francia y Alemania, tras la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, los campos quedaron esquilmados y en 1945 sólo habían 3,000 Has frente a las 45,000 actuales.

 

    El origen del champan, al parecer no era fruto del buen beber de Dom Perignon, procede del gusto por la burbuja que se impuso por la moda de los consumidores ingleses. La razón: así se evitaba una posterior o segunda fermentación a consecuencia del azúcar residual o añadido. 

    Así pues, se controlaba la segunda fermentación en una botella de vidrio resistente al añadir ya levadura y azúcar. La burbuja ahora controlada se convirtió en una bebida muy cotizada. Téngase en cuenta que el vino de la Champaña siemore ha estado asociado a la clase dirigente o alta sociedad, ya que era el vino especial que se tomaba en las coronaciones al Reino de Francia, y que se hacían precisamente en Reims. Precios altos, baja producción, personal selecto, dieron con que por sí sólo el champán representa un estatus a quien lo tomaba, o toma. Esto trajo y aún trae la cola que muchos nos planteábamos, cómo puede costar tanto una bebida que a veces es peor que un cava arregladito de precio, y para rebatir esa idea se planteó esta cata.

- Hure Freres - Vin Calir, del 2021, con Pinot Noir y 11º de alcohol. Este es un vino base, previo al champán y por tanto, no tenía burbujas. Este rosado era poco expresivo en nariz, si bien en boca hacía salivar por su elevada acidez y se hacía notar algo de fruta. Un vino seco, muy ácido que evolucionaba muy bien en la copa.


- Pol Roger, elaborado con vinos base de otras añadas, y de uvas procedentes de distintas zonas. Un reserva brut con 4 años de crianza con lías en depósito y con 9-12 gramos de azúcar. El vino tenía unas notas marcadas a panadería y levadura, y a manzana madura. Este vino es un ejemplo de los champanes del siglo XX, con excesiva producción, pero que en boca se mostraba muy vivo. Bueno de verdad.

- André Clouet 1911, en este caso la uva procede de un sólo pueblo y se trataría de un ejemplom de los champanes de segunda mitad del siglo XX. Hecho con Pinot Noir, se mostraba más seco y mineral en nariz, pero en boca era suave y más equilibrado con aromas a levadura. El vino contenía vinos de 1995 y otros años cercanos, y por tanto crianza de los vinos durante 20 años, y 6 años de crianza en botella con sus lías.

- Vouette & Sorbee, con Pinot Noir del 2019, color rosado, Brut Nature. Este era un ejempo de un campán del siglo XXI, en el que el vino procedía de una única pacela. Hecho con la mitad de las uvas sometifas a maceración carbónica, este vino natural de agricultura biodinámica, sin apenas correcciones de sulfuroso o accidez. Un vino con burbuja poco marcada en boca, pero más afilado. Un vino rico.

 

- YPrésien, con Pinot Noir y Menier, del 2018, sería un ejemplo de los champanes de los próximos 15 años. Burbuja bien presente y abundante, un vino afilado y redondo (a mi parecer y gusto, el mejor de la noche). La crianza sobre lías se hace durante un año, y tras el degüelle se rellena con vino del año siguiente. Sabroso, y el mejor.


- Olivier Horiot, con Pinot Noir, un vino con 12º de alcohol, muy baja producción: 1,300 botellas procedentes de 3 barricas borgoñonas. A diferencia de los anteriores el vino no tenía burbuja. En boca el vino era poco sobresaliente, aunque daba la impresión, por la acidez, que había algo de gas.

Tras la cata vino la cena bien preparada, mejor presentada y muy sabroso todo, con la que nos deleitaron los cocineros del Hotel Soho Boutique. Los merecidos aplausos a los representantes del vino, y a los cocineros cerraron una estupenda cata, a eso de las 23:30.

 

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