Este nuevo local está en la calle Blanco Belmonte, una de las que calles que nos llevan en línea recta desde la Plaza de las Tendillas hasta la Mezquita. Es una nueva taberna, de espacio algo limitado, no por pequeña sino porque está de moda y está muy concurrida. Aunque tienen otros platos, los principales son los salmorejos: el estandarte con los flamenquines de la cocina popular cordobesa. Inicialmente el salmorejo era sin tomate, ya que se consideraba una planta ornamental, por lo que Juanjo Ruiz ha cogido la base y la ha modificado y retorcido y estrujado, sacando salmorejos ácidos, cítricos, dulces, vegetales y tradicionales.
El día que nos acercamos tomamos el salmorejo con tomate o el de siempre, muy bien hecho. Uno verde de calabacín, muy fresco,... me encanta esa verdura, bien frita, a la plancha o rallada en cualquier guiso o ensalada. Y uno de berenjenas con miel, muy curioso. Hay una lista extensa: de tinta de calamar, de naranja, de chocolate, ... etc.
En cuanto a vino fino, tenía María del Valle, pero ya muy pasado, pero no estaba mal. Con mucho color oro, con aromas a frutos secos, y nada amargo al final. A mis colegas les gustó, y hubiera sido interesante probar ese fino hace tiempo, como ya lo hicimos en Bistro Vinos Suiza o en la Taberna San Cristobal, que tienen el María del Valle de Bodegas Gracia en su esplendor.
El tinto de la casa, de Rioja, decente.
Un sitio para visitar y comprobar el empuje de la restauración en Córdoba.
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