Con ese nombre tan extraño fuimos a comer un menú al bar de tapas/restaurante/bistro bar situado en la calle San Fernando, al final, ya muy cerca de la Cruz del Rastro y junto a la Ribera.
Ha sido el ganador del 1º Concurso de la Tapa cordobesa con su salmorejo al amontillado, así que enhorabuena.
Con la consumición y por un euros más te ofertan tapas o pinchos sobre pan. Se puede elegir entre un menú de tapas a degustar o bien el tradicional. Pedimos el clásico menú y que consistía en elegir entre salmorejo (algo ácido), revuelto de bacalao (bien hecho y sabroso), y otro plato entre los primeros y entre los segundos, sardinas malagueñas (pequeñas, bien hechas a la plancha aunque sólo cuatro), una buena carrillada y otro plato más. El precio era de 9 euros, bien, aunque corto. Es lo que tienen los bares con un poco de diseño.
Para beber pedimos una botella de fino Gran Barquero, de Bodegas Pérez Barquero, con un excelente aroma a crianza aunque no tan seco como hace unos años, y es que ahora los finos son más chiquitos como decía un conocido enólogo de la ciudad. Buen aroma a frutos secos, en boca se nota bien equilibrado, fresco y que demuestra menos salinidad, con buena acidez y ya adaptado a los gustos de los consumidores. En definitiva un buen fino adaptado a lo que se vende ahora.
Además la consumición del menú, el jefe de sala nos cambió el tinto ofertado por Garum de la bodega jerezana de Luis Pérez. Mucha capa de color, aroma dulzón, a fruta madura y en boca cálido y un poco menos ácido de lo que le correspondería, pero bastante bueno. Hubo consenso en considerarlo como un buen y muy digno representante de los vinos tintos andaluces.
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