martes, 25 de diciembre de 2012

La nueva carta de vinos de la Montillana

Hace unos días nos pasamos por la taberna La Montillana, en la céntrica calle San Álvaro, para comprobar su apuesta al incluir en su carta de vinos, a los de la DO Montilla-Moriles: jóvenes, de tinaja, finos, olorosos, amontillados y tintos. Lo hicimos tras pasar un tiempo prudente tras los fastos en los que aparecen autoridades y se prodigan anuncios en periódicos y otros medios locales.

Lo primero que observamos es que abundaban las copas de cerveza, que era lo que antes sucedía y que demuestra que el consumo de cerveza en España triplica en litros a los de vino. Lo segundo es que las copas de vino eran de tinto, y las menos de vino blanco en sus distintas variedades, que antes se ha mencionado. Y esto de nuevo no es demérito, sino que es la norma tanto en jóvenes como en mayores; y es que el tinto es más suave al gusto que los finos, al menos para mujeres y los más jóvenes.
Algo sorprendente de la carta es el precio de las copas de los jóvenes, de tinaja y el rosado y el tinto, que superan en al menos el doble el precio del fino, cuando a nuestro parecer el precio de la botella, de cualquiera de los antes referidos, es similar a la del fino. No es de recibo que una copa cuesta casi igual que el precio de una botella entera en el comercio. Y esto es algo incomprensible, además, porque el fino aguanta mucho más en una botella abierta y a medio consumir, por lo que los otros vinos pueden tener poca demanda y las botellas andan abiertas más de la cuenta, como así pasó al menos con el rosado de la Coop. la Unión. Este rosado ha sido siempre un vino muy bien hecho, que ha recibido distinciones  y esta vez no nos supo a nada, estaba falto de olor y sabor, una pena.
En nuestro caso, hicimos una petición, llamémosle copiosa, de los distintos tipos de vinos allí ofertados: uno de tinaja, un joven, varios finos, un amontillado, un rosado y un tinto. En general el nivel de los finos era correcto sin más, y algunos como el rosado y algún fino, así como un ramplón vino de tinaja, no nos convencieron. Los que a nuestro parecer sobresalían de entre los pedidos, eran el fino del Lagar del Blanco y el tinto Aldea de Zapateros de Bodegas Doblas.
Es curioso el caso del Lagar del Blanco, y a quien le interese que visite la bodega en Montilla, ya que dispone de unos de los mejores finos en bota, pero que pierde bastante en botella: está como muy recortado.
El ambiente en la Taberna La Montillana, como siempre muy correcto y atento. En resumen, una apuesta por los vinos valiente la de este local pero que debe asegurar una calidad alta en las botellas abiertas que se sirven por copas. Como tiene buenos vinos en botella, y que no se sirven por copas, así habrá que probarlos en una próxima ocasión.

1 comentario:

  1. Puedes dejar la bicicleta cómodamente aparcada en la calle Cruz Conde peatonal si vas a este bar.
    Yo lo que peor llevo es la decoración taurina de este sitio, no resisto el sufrimiento animal, aunque los hay peores como el Bocadi.

    Me parece muy bien que hayan el esfuerzo de introducir una carta de vinos de Moriles.

    Esta taberna constituye un oasis para los finos de Córdoba dentro de la dificultad que supone tomarte un fino de Moriles decente y que haya variedad en esta ciudad.

    La penetración comercial de los vinos finos en Córdoba es pésima.

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