

La cata se trataba de una cata ciega, en la que se probarían varios vinos de una bodega, y por tanto, la foto en la que aparece la botella con el nombre de la bodega es tras terminar la cata. Por supuesto que se guardaron tapadas las botellas durante la misma. Se trataba de identificar o cualificar un vino blanco, varios tintos y un dulce.
Aromas, al principio pocos y extraños porque estaba el vino frío, después al calentarse salía mucha manzana madura, al igual que en boca.
Con una refrescante acidez, ya que tenía 4,75 g/L de acidez total: un valor sorprendente para un vino de por aquí, ya que la variedad era Pedro Ximenez. También habían algo astringente, y algunas notas turbias, nada claras, pero que desaparecieron.

Yo casi había reconocido la bodega por los datos, más que nada porque conozco de hace tiempo al bodeguero.
Para acompañar los vinos los chicos de la Escuela nos prepararon este menú. Bien, ¿no?
Y después pasamos a los tintos.
- Monastrel del 2014. Con una producción de ocho mil botellas.
De color picota muy intenso, muy alta capa. Aromas a fruta roja, también algo turbio en nariz y en boca aparecía clara la fruta pero realmente tánico.

- Pinot Noir 2014. Aromas a fresa ácida, fruta roja, flores. Muy suave y agradable en nariz pero duro también en boca. Es el más sorprendente de los tres, claramente el mejor de los tres. Y también con una acidez alta, de 6,5 g/L.
- Cabernet Sauvignon 2006. Con 6 meses de crianza en roble francés, y después mucho tiempo en botella. Todavía con más de 5 gramos de acidez, pero el vino estaba oxidado, pasado, algo de aroma a pimiento, tánico. No creo que sea un producto comercial, a menos que se valoren parámetros que yo no tengo en cuenta.

Y por último el mejor de la cata.
- Pedro Ximenez naturalmente dulce del 2014. La uva tenía tras el asoleo en pasera 600 g/L y por fermentación espontánea habían quedado unos 400 g/L.
En nariz no tenía la explosión de aromas a dátil, orejones, que tienen los vinos PX, en los que no hay fermentación ya que se añade alcohol para impedirla.Aunque huele a dátiles y más cosas, pero menos.
Pero en boca es exquisito, ácido, dulce, cítrico, con los aromas anteriores más carne de membrillo.
Los tintos tras un rato en copa estaban completamente apagados, mientras que los dos Pedro Ximenez, de principio y final seguían dando aromas. Sin duda los mejores de la cata, al menos para algunos entre los que yo me encuentro.

La elaboración de vinos naturales sigue siendo un tema de discusión, porque no se emplea aditivo alguno, que sirven para controlar contaminaciones indeseadas y por tanto, a veces malos olores o baja estabilidad de los vinos con el tiempo.
Las reglas de conservación del vino son alta acidez total, como es el caso de Marenas, alto contenido alcohólico y alta concentración de taninos. Pero no hablamos sólo de estabilidad: también de aromas, y los tintos no son un derroche de ellos. La razón posiblemente se deba a que las levaduras de la zona no respetan los aromas varietales de las uvas.


Y es que lo conozco desde hace mucho tiempo y pienso que es uno de los mejores viticultores de la zona.


Todo muy sabroso, sobre todo las bolas de foie y el gazpacho de fresas acompañado de mejillones.

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