jueves, 31 de marzo de 2016

Cata de vinos y cavas de Parxet en Sojo Fusión

 Aquí están los principales protagonistas de la cata de Parxet: Toñi (de PlanT), Cristina (Avanti) y Victor Ferrer, el comercial de Parxet.

Esta bodega está en Alella, una DO del mismo nombre y que abarca a varios municipios. Esta zona que está a unos 20 kms al norte de Barcelona y junto al mar. Los viñedos se sitúan desde cerca del mar hasta unos 350 metros, y siempre en parcelas pequeñas: de ahí viene el nombre de parxet, por parchet en francés que significa finca pequeña.


Una de las características de esta zona es el predomonio de la variedad Pansa Blanca, que es otro nombre de la Xarel·lo.


Esta bodega la conocía sólo por los cavas, y siempre que los he comprado me han parecido buenos y con un precio bien ajustado. Los cavas sin duda fueron los protagonistas de la cata, aunque también hacen vinos blancos, y además producen en otras zonas como Rioja o Ribera del Duero.

Tras explicar Victor las características del terreno y clima que hacen peculiar a la zona, indicando que la mayor parte de su producción propia de uva de esta bodega es ecológica, pasamos a la cata. Quien quiera consultar precios en la red verá que no que no están muy altos, o al menos si se los compra a Toñi.


El primer vino fue el Raventós de Alella, y en el que se resalta bin grande Pansa Blanca. Del 2014, con 12,5º y aún con algo de burbuja. La fermentación había sido a 16ºC, y tenía unos 5 g/L de azúcares residuales.

En principio cerrado en nariz, algo de fruta blanca, oero en boca es muy agradable: fruta blanca, cítricos. Sobre todo era de una marcada acidez, sabroso y con volumen. 

 
Signat de 2013. Se trata de un vino espumoso y no cava, aunque realmente lo sea. La razón es que no está amparado como cava porque en vez de tener el tradicional tapón de corcho tiene un tapón de chapa, como si fuera una botella grande de cerveza.
Es una buena idea comercial: no hay que pararse a quitar el protector, el alambre, etc. Sólo sacarcorchos. Era un brut, con 9 g/L de azúcar. 
Aromas a bollería, ligero, menos ácido que el vino, de fácil trago.

Se combinó con un salmorejo de fresas que llevaba algún tropezón de brotes de rábano, aceitunas, fresas, etc.
Hacían buena pareja la frescura y acidez del salmorejo con el espumoso.




















 
 El siguiente cava fue el Parxet Brut Reserva 2013, también con 9 g/L de azúcar. 

De nuevo aromas a bollería, manzana asada, un olor graso.

En boca era muy elegante, de un buen retrogusto y con una más que aceptable persistencia.

Un cava bien hecho, muy correcto.









 Unas croquetas de tinta de calamar,
y otras de gambas.


El siguiente fue el Titiana Montealegre 2007 Brut Nature.
75% Chardonnay y el resto Pinot Noir, parte del chardonnay fermentó en barrica.
Con 84 meses de crianza, es decir 7 años.

Aromas de manzana asada, a mi me recordaba a un champán francés. Bollería, fresco, muy fresco en nariz. 
En boca de nuevo manzana asada, con una acidez muy presente, ya con poca burbuja. 
Resultó una sorpresa para todos, sabroso, rico y muy original.










Se acompañó de un risotto de arroz con queso parmesano, trufa, secreto ibérico y salsa barbacoa. 

Todo bien ligado, meloso y con mucho sabor; mas el arroz quizás más hecho de la cuenta, y en mi plato un poco más de salsa barbacoa de la cuenta.




Y cuando se rellenaron las copas del Parxet y el Titiana se sirvió un canelón de rabo de toro.

Como se puede suponer estaba de rechupete.
A continuación unas cuantas fotos de la cata y sus asistentes.



















Por último, el tinto Austum 2014, de Ribera del Duero  con cuatro meses de barrica.
De Bodegas Tionio, también perteneciente al grupo Parxet.
Con aromas de fruta roja y algo de reducción.
En boca, y al principio, salían regustos a fruta roja, tanino muy suave, con volumen medio. Un tinto ligero y sabroso a la vez.

Pero su gracia se perdió rápido, y a los pocos minutos quedó más tánico de la cuenta. 
En resumen, una buena y bien cuidada cata. Gracias a Toñi y Parxet.
Con buenos vinos, a buen precio, y buenas viandas. 
En la foto, Miriam, que pronto empezará con su nueva aventura gastronómica y el cocinero de Sojo Fusión, que se portó de maravilla.
La pena es que se alargó más de la cuenta y hubo que salir disparados para casa, por lo que la sobremesa en mi caso fue nula. Lo dejaremos para otra ocasión.

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