Cada vez que pasaba en bici cerca veía que había mucho público, y eso que no sirven tapas acompañando la consumición: había que comprobarlo.
Fuera de carta habían unos buenos boquerones fritos, que en la cuenta se ve estaban a muy buen precio y el plato bien servido.
El pescado estaba muy sabroso, de buen calibre, y fresco; si la fritura fuera algo menor de tamaño, hubiera quedado mejor a la vista, pero como lo que cuenta es el sabor y la frescura, la ración era muy, muy decente.
En cuanto a los vinos finos.
Tenían de Doblas (Moriles), Eléctrico (Aguilar de la Frontera) y Amargoso de El Gallo (Cíordoba). Como aparece en la foto, para gustos colores.

El Eléctrico, bien como siempre, y en su línea de apenas crianza el Amargoso.
Se me olvidó pedir la carta de vinos, ya que en la de los platos los vino no aparecían. Esto viene a cuento del apoyo que debemos da a los establecimientos que tienen una buena oferta de los vinos de Montilla-Moriles.
El precio, ajustado, tanto la bebida como el plato. Y es que esta gente de la Carbonería han aprendido rápido y bien. Un buen sitio para tapear y comer a buen precio.
Postdata: La semana pasada se celebró la 33ª Cata del Vino Montilla-Moriles. Parece que ha sido un éxito de asistencia, sobre todo de los jóvenes, por lo que se está pensando organizar otra exhibición de vinos de Montilla-Moriles en otoño.
Ha habido buena organización y una programación acorde con el impulso que se quiere dar a nuestos vinos. Enhorabuena a todos los que lo han hecho osible.
En el debe de la cata está el que se convierte en una celebración primaveral más, y que una vez terminada hasta el año que viene apenas si hay contacto con los vinos de la tierra. Pero eso no es problema de la cata, sino de los usarios.
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