ventresca de atún |
La cocina queda a la vista y el trasiego del personal de cocina y sala apenas es perceptible, apenas ruidos, muy bien.
carpaccio de atún con helado de wasabi |
Fuimos en total ocho a cenar y coincidía que empezaba la temporada del atún. Y muchos de los platos pedidos eran a base de distintos cortes del pez. Pero como se puede observar en las fotos, aparte de la frescura del producto, la presentación era muy cuidada.
carpaccio de gambas con salmorejo coral |
El compañero Raúl de la Asociación de Sumilleres también colgó unas fotos de cuando comió en la Cuchara, y reconocí de momento los platos porque eran idénticos a los que aquí se han subido.
Este plato de gambas me pareció realmente exquisito, tan suave y delicado que la próxima vez que vaya me pediré uno para mi, para disfrutarlo aún más.
ensalada de foie y jamón de pato con pera |
Otros, también muy bien elaborados, no me parecieron tan exclusivos o diferentes.
La ensalada de foie y pato le faltaba algo para ser una combinación superior.
Patatas muy bravas |
Las patatas minibravas muy bravas, eran un bocadito tan sencillo, con la patata hervida y con su piel y luego fugazmente pasada por aceite, que le hacen a uno decir: esto lo hago en casa, a ver si me queda igual de bien.
Corona de rape con arroz negro |
Pasamos después a dos platos con arroz negro. Esta preparación del arroz es una de mis preferidas. Tiene que estar en su punto de hervor, sabor y que no se coma a lo de más.
Este hecho con rape, era suculento; mientras no tanto el arroz negro con tiras de calamar.
Manitas de cerdo con foie |
Las manitas fueron quizás lo mejor de la cena: no había probado algo similar. Realmente delicadas en boca y sabor.
Es de los platos en los que te arrepientes de tener que compartir.
Torrija con sopa de coco y helado de canela |
Los postres, a los que no soy gran aficionado porque lo excesivamente dulce no me atrae, no me parecieron a la altura de los platos anteriores.
La torrija sí que superaba a los otros: churros a mi manera y crema broule con avellanas y peta zetas.
En cuanto a los vinos. Tenían una buena carta y a buenos precios, pero no del todo sobresaliente. He de puntualizar que me sorprendió el precio de los vinos blancos, que sobrepasaban el ratio de los vinos tintos. Así, un Pétalos costaba 23 euros mientras que el joven blanco Dos Claveles de Toro Albalá salía por 15.
Eso sí, el vino de la casa, el Penta de Pago del Vicario salía por 14 euros.
Pero creo que ese es una cuestión aún por resolver en muchos locales.
El precio por persona fue de 30 euros. Visto lo visto y comido lo comido, consideramos que estaba muy bien en cuanto a su calidad y variedad.
Y aquí, el grupo al completo celebrando que Benito y Carmen ya habían terminado de exhibir su patio en el Concurso de Patios de Mayo en Córdoba.
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