Ganas había de colgar una cata sobre un vino, y en este caso sobre una bodega a la que tengo especial respeto por la calidad de sus productos: Pago de las Encomiendas, situada en Villafranca de los Barros (Badajoz).
Es un vino tinto elaborado con las variedades Tempranillo, 60%, Syrah, 30% y Graciano 10%. Últimamente en Extremadura se elaboran tintos con variedades portuguesas, bien adaptadas al clima de la raya extremeña que divide los dos lados del Guadiana, pero en el caso de este vino, V Nadir del 2018, se mantienen las tres uvas antes citadas, que todo hay que decirlo tienen sus reflejos en las correspondientes variedades lusas.
Fermentado en barrica y criado 12 meses en barricas de roble francés Allier de quinientos litros.
De color intenso y atrayente: rubi profundo, sin defectos, brillante. Limpio y con el corcho espléndidamente cerrando, bien hecho el vacío tras embotellado.
En cuanto a nariz, no es de la intensidad que el Xentia, su hermano mayor, aunque tiene aromas de notable intensidad, y todo ello muy limpio.
Aromas de fruta roja y negra. Sobresale el olor a cereza, mora, y pimienta negra.
En la comida es el compañero perfecto por su mediana astringencia, contenida, que hace que el sorbo se mastique mejor. Apenas se notan los 14,5 grados de alcohol, porque el cuerpo que muestra lo hace sedoso y potente a la vez.
¿Debo concluir que me gusta este vino? Pues sí, no lo voy a negar.
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