martes, 17 de mayo de 2011

Cata del vino Montilla-Moriles 2011

Con una semana de retraso se celebró del 11 al 15 de Mayo la Cata de Vinos Montilla-Moriles 2011, a la cual acompañó el tiempo, y como ya vienen las fechas, al mediodía la sensación era de bochorno. La asistencia ha batido marcas anteriores dando idea del carácter festivo del mayo cordobés. También ha incrementado el número de bodegas, y entre las "nuevas" la Bodega El Monte de Moriles, que ya visitamos en septiembre del 2010 con ocasión de la Feria del Vino de Moriles. Se puede decir que esta muestra ha sido la más representativa de la D.O.
Todos los vinos expuestos proceden de las vendimias de Pedro Ximenez, desde jóvenes, de tinaja, finos, oloros, amontillados y dulces o PX. He probado varios vinos que ya conocía y otros nuevos para mi. La novedad este año entre los jóvenes era que había varios abocados, menos dulces que los tipo Pale Cream, aunque no me convencieron. De los de tinaja, el de Bodegas Maillo es uno de los más reconocidos, y que me pareció bastante conseguido. De los finos, probé el fino Corredera, Cebolla, Gran Barquero, CB y Robles ecológico. Todos están conseguidos, aunque a mi parecer, el de Robles es el que más matices me aporta. También probé algunos olorosos y amontillados, y debo reconocer que aunque bastante buenos, el ambiente festivo de la cata no acompañaba. Estos vinos demandan otra forma de degustar el vino.
El lugar donde se celebró la cata no acompaña a lo que debe ser una muestra de los vinos de Córdoba. Por ejemplo, la Cata de Moriles sucede en un edificio que sirve también de muestrario de otros productos locales. Y en segundo lugar, es difícil ir de cata y tomarse copas enteras. O se va en grupo y se pasan las copas, o bien se podría hacer vales de degustación: la mitad o menos de la copa servida, y la posibilidad entonces, de más consumiciones, para catar un número amplio de vinos.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con el tema del recinto, bastante desolador, y encima este año con las piedras que pusieron, los tobillos se "doblaban"...y no era del vino, eh??

    De los finos que probé, el que más me atrajo, fue el fino ecológico de Robles. Me quedé con ganas de probar la amplia gama que ofertaban de otros vinos.
    También disfruté del fino cebolla de el monte, y de algunos amontillados (de doblas, de Pérez Barquero, y de Delgado), pero no me aportaron nada especial. Me quedo por ahora con el que ponen en Bodegas Guzmán, aunque también influya el ambiente...

    En cuanto a la comida en la cata, comentar que cara y escasa: plato de jamón (normalito), y queso cortado con microtomo 9 lerus; al final acabaremos todos trayéndonos las viandas de casa.

    Saludos.

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  2. Sí que hace el ambiente y es difícil recrear el ambiente de una taberna en la cata. La compañía y los amigos lo compensan

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