lunes, 23 de mayo de 2011

taberna La Yerbabuena y los caracoles

Situada en el barrio de Poniente, o sea del Zoco, y en la calle Jose María Martorell. La regenta desde sus inicios en 1994, nuestro amigo Alfonso, y que ha cambiado de nombre desde el original Paraíso, hasta la reciente Yerbabuena. El paraíso hacía alusión al pueblo de Hornachuelos, y que según el dueño era tal como su nombre. El nuevo local es muy agradable, con una decoración conseguida y reservando un pequeño espacio a los vinos en botella y a su barrilito; aunque resulta ruidoso cuando a los parroquianos les da por elevar el tono de voz.
Aparte del trato amable y familiar, lo mejor es su cocina. Preparan muy bien los caracoles, tanto en caldo, para los chicos, como en salsa para los gordos. Como es plena temporada, el día que fuimos escogimos caracoles gordos con tomate. Auténtica cocina casera y que va cambiando su combinación día a día: la primera vez que los probé eran con sólo tomate, y en esta última el pimiento rojo se notaba bastante. Pero muy buenos en las dos veces. Aparte de otros platos, tiene carne de caza de su tierra.
En cuanto al vino, es el fino Olivares, que la propia bodega se encarga de rellenar semanalmente. Ya lo catamos, allá por noviembre pasado, y esta vez el vino resulta bueno y fresco, pero no tan sobresaliente, como nos pareció la primera vez.
Es de color amarillo-verdoso, con turbidez. En nariz muestra los aromas típicos de crianza biológica, sin defectos, algo etéreo, algo de manzana, levadura. En boca tiene un notable retrogusto, muy fresco, a fruta verde, buena acidez, que hace salivar.
Se sirve en botellines de 3/8 y que sirve para repartir 3 copas. Y como le oí decir a M.L. Alejandre, Secretario del Consejo Regulador Montilla-Moriles: tres copas, tres amigos, veinte minutos. Una bonita frase para realzar el sentido del copeo.

2 comentarios:

  1. Pues nada Pepe, sé que te gusta bastante el sitio, pero fui en feria y me decepcionó, sobre todo el servicio. Tras pedir unas ricas alcachofas y algo más, quisimos pedir después algo de carne y un tinto después del rico fino olivares que no probaba desde la cata en la Tranquera. Cuando nos atendió el dueño (lo conozco de cuando el Paraíso), nos echó "la bronca" por no haberlo pedido todo a la vez. Inconcebible. A partir de ahí, todo se torció, nos dejó super cortados, y no pedimos nada más. Al rato, me vino de nuevo a la mente la curiosa ideosincrasia del tabernero cordobés, en el Zoco, también.
    Pepe, tendrás que convencerme de que tal vez no tuvo su mejor día, pq si no, yo creo que ya le he puesto la cruz, por muy buena cocina que tenga.

    Pd. Siento no haberme parado cuando te vi allí, pero tenía una llamada importante.

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  2. Pues no he tenido problemas de servicio hasta ahora. Y sí que tiene sus prontos y te pillaría uno. El día que fuimos a tabernear había poca gente.
    Por cierto, cuando nos vimos era porque a mi mujer se le había antojado unos caracoles chicos, y estaban exquisitos. Todos gaiteados, y de buen tamaño.

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