Tiene una agradable decoración, cómoda, despejada y con una generosa barra. Como los antiguos mesones. Y es que al estar tan cerca del Ayuntamiento, se supone que su público serán mayoritariamente los trabajadores del mismo o lugares próximos. Si se mira en la guía de tripadvisor, la mayoría de los comentarios se deben a gente que ha pasado y comido en ella, ya que queda también próxima a la plaza de la Corredera.
En nuestro caso, como siempre, un ligero tapeo, lo justo para acompañar los vinos: que hay que comer en casa.
Tras la cerveza de rigor, para refrescar, y que en mi caso es una sin, ya que nos es menester de ingerir más alcohol de la cuenta, y así echo menos carga, que luego sigo en bicicleta.
Disponen de tanques para refrigerar la cerveza convenientemente, pero como somos fieles a los finos y a menos que nos convenzan seguiremos probando los que se sirvan en las tabernas cordobesas.
Y tienen cuatro finos, lo cual nos es lo normal:
- Doblas, Los Naranjos, Gallo y Saavedra.
O sea, para todos los gustos, y en el nuestro habiendo Saavedra ya lo hemos decidido todo.

Lo que diferencia al Saavedra de otros es su contundencia: es un vino amargo, pero suave en boca y con mucho cuerpo, que le hace pasar en boca por distintas sensaciones.
Es un fino muy completo por eso, como dicen los entendidos de las bodegas, un vino gordo, nada de chiquito. Se sirve sin filtrar.

Con la consumición nos pusieron unos molletes de pringá, y también un cuenco pequeño de salpicón de mariscos. Y hay que decir, que lo sirven religiosamente con cada consumición. El camarero, muy atento, nos iba recordando que nos debía una tapa, y la tapa llegaba. No como en otros sitios que la tapa es tipo de bienvenida.

También tienen una buena selección de vinos tintos, por lo que habrá que ir otro día a ver cómo se come allí.

Vimos salir al anterior alcalde de la ciudad y propuesto para las listas al Congreso para las próximas elecciones.

Como se ve en la cuenta, el precio de los vinos es similar a la de la cerveza. Y es que los vinos lo valían, cuando el vino es bueno pues hay que pagarlo. Una cuenta bien compensada ya que las tapas iban gratis.

Falta en la foto M. que llegó tarde a la cita, casi al final, ya que sigue investigando los canales romanos que estaban situados en las laderas del arroyo Pedroches, y parece que continua sacando nuevos ramales. Iba acompañado de Roben, el gran mastín negro, que quizás aprenda a distinguir un canal con el tiempo.
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