Entrando a la Judería por la puerta de Almodóvar y al principio de la calle Judíos, se encuentra la Taberna Guzmán. Un sitio encantador, fresco en verano, y con un ambiente de taberna de toda la vida. Su gran portalón con carteles taurinos y feriales, es el reclamo para tantos turistas que allí llegan y que quizás vienen recomendados por guías, o se encuentran asombrados de su estética. Y en los bancos de azulejos, hemos pasado buenos ratos con amigos y otros parroquianos. La carta de tapas es corta, con unas buenas albóndigas,y suficiente para acompañar al principal protagonista, el fino que ellos mismos crían en su bodega particular, en la llamada sacristía. El vino que se cató era muy fresco, de un color amarillo pálido, sin filtrar. En nariz, aromas limpios de manzana verde, algo de levadura, alcohol, dulzón en boca, bastante suave, con ligero amargor y con cuerpo. Con una buena y fresca permanencia, que invita a tomar. Bueno en definitiva, joven y fresco. Lo cual hace que mucha gente hasta extranjeros se atrevieran a pedir una copa.
Según comentó el dueño que lo compran de distintos sitios de la D.O., dependiendo de su calidad. Y ya en su propia bodega les dan el toque de crianza tan apreciado. Esta crianza está favorecida por el frescor de la calle Judíos, tan estrecha, y de la propia bodega.
Este comentario de la bodega Guzmán, de un visitante, me parece muy oportuno:
Dont expect fast service or for the waiter to pay too much attention to you. Its not because you are foreign, Its because he is cordoban, they will get to you on their own time...Dont try to rush things. Enjoy Spain!
No hay comentarios:
Publicar un comentario