
El autor de esta crónica es Raquel M., que se prodiga poco en las crónicas tabernarias.
De nuevo visitamos la zona de la calle Claudio Marcelo, muy activa en la inauguración y cierre de bares. En este caso nos paramos a echar una tapa, unos vinos y una visita a Taberna Agua de Mayo.

El local está bastante costeado, baldosa hidraúlica en el suelo, interior bien decorado y unos servicios de categoría, no obstante preferimos sentarnos en los veladores un poco estrechos de la calle García Lovera pues la música estaba muy alta dentro. Lástima, porque el sitio es bonito por dentro, con una pared de naturaleza verde, hecha con muy buen gusto.

El Tertulia estaba poco sabroso, ligero y parecía inferior al Caballo, éste mucho más hecho en crianza. Según nos comentaron era de packing box y rellenaban botellas.
El test de la ensaladilla comenzó, un plato algo escaso, media ración por 4,80 euros con la patata más bien cruda. De manera que puntuamos bastante baja nuestra amada ensaladilla.
Pedimos también una ración de puntas de solomillo que estaban bien hechas, en su punto, un plato abundante y cuyo precio fue de 12 euros.


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