Este
restaurante-horno está situado en Diego de León, al lado de la plaza de las Tendillas, ocupando el antiguo local de la Vidriera. Lleva sólo dos o tres años y se ha hecho un hueco en los bares del centro de Córdoba. La cocina es buena, precios contenidos y un servicio rápido: la fórmula que no falla.
La decoración interior es agradable, y parte del mostrador parece una tienda ya que también es horno y hornean su propio pan, y hojaldres.
Con cada consumición aportan una tapa de cortesía y como éramos cinco nos trajeron entre otroas media ración de calamares fritos, ricos. Lo que más nos llamó la atención fue la tortilla de patatas, enorme, y que está deliciosa. Muy bien cuajada, las cuñas son abundantes y con tres porciones, a tres euros, hubo para los asistentes. En Córdoba han sido famosas las tortillas de casa Santos cerca de la Mezquita, y a la que acuden muchos visitantes ya que debe venir en las guías, pero ya no dan lo que antes, apenas un trocito. Pero la de la Tortuga le supera.
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fino Platino |
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Pedro Ximenez de Robles
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En cuanto al vino tienen el fino Peseta y el Platino de la Sociedad de Plateros, y también el ecológico de Robles. El Peseta está correcto, de un color amarillo subido, con aromas a fruta seca como orejones, agradable en boca y suave. El Platino estaba mal, con la acidez volátil subida, olor a pegamento. Cogido directamente del bag-in-box estaba algo mejor, pero defectuoso. Está claro que al menos es día, los finos de la Sociedad de Plateros no son lo que eran
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Roben |
El joven ecológico Pedro Ximenez de Robles, o me equivoco, o estaba con una aroma a sobremaduro. De color pajizo, muy transparente, con aroma a sobremaduro, y ligero sabor. A los demás les gustó pero en particular, lo vi extraño. Tienen también un buen surtido de tintos. Este día nos acompañó Roben
En conclusión, una visita muy agradable y para repetir.
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