martes, 19 de abril de 2022

Cata de Grandes Pagos de España (II) el lunes 18 de Abril

La empresa "@grandespagos" terminó de hacer una presentación a cargo de Bernardo Lucena, de vinos de distintas zonas de España y que los tiene representados en su portafolio. 

 

Fueron en total 7 vinos de lugares tan distintos como País Vasco, Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura, Galicia, Baleares y Rioja. Blancos, tintos y un amontillado. Empezaré.


Tras la presentación de las bdegas participantes en los granges pagos (35) y en la cata (7), Bernardo pasó a la cata de un modo que a mí me resulta muy familiar, ya que hace las catas con pocas explicaciones y que sea el vino el que hable y nos diga qué es lo que nos ofrece a los sentidos. Pero en esta ocasión fue quizás demasiado conciso, lo que puede llevar a que mis notas de cata sean poco consensuadas con los otros participantes, y sean más bien notas personales.

 

- Malkoa 2016, de la bodega Astobiza, DO Txakoli de Alava, 100% de uva Ondarrabi Zuri. Un vino con 12,5º de alcohol producido en parcelas de una finca de 10 Has, el cual ha pasado 20 meses de crianza con sus lías finas en depósito ovoide de hormigón. El vino a pesar del 2016, tenía un precioso color y presentaba notas de fruta blanca, café. En boca era untuoso pero se quedaba algo corto, y eso que la acidez de 6,5 g/L apenas se notaba. A mi parecer se quedaba corto ya por un tiempo excesivo en botella, y no es que fuera de una añada trasnochada, sino la que ponen en el mercado.

 

- Fillaboa selección Monte Alto 2019, de Fillaboa, DO Rías Baixas, 100% Albariño. Había pasado este vino blanco 24 meses de crianza sobre lías en depósitos de acero inoxidable. Con 13º de alcohol, el vino tenía una rica y expresiva fragancia en nariz a fruta blanca. La acidez, también de 6,5 g/L, era marcada y notoria y hacía que el vino jugara en la boca ya que a diferencia del anterior, era bien puntiagudo y demandaba otro sorbo. Me gustó.

- Desconfío de la gente que  no bebe 2019, de Bodega Ribas, IGP Vi de la Terra Mallorca, 100% Mantonegro. Este vino tinto había pasado por 12 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés, y que se notaba ligeramente en nariz por su finura, marcado más por aromas a fruta roja, que continuaba con una muy buena acidez, mejor boca, cálida y mucha fruta tras degustarlo. Una sorpresa la variedad y el vino.

 

- La Raya 2018, de Palacio Quemado, Vino de la Tierra de Extremadura, 100% Trincadeira. Fermentado en depósitos de hormigón, la maloláctica la realizó el tinto en tinas de roble francés de varios años, de 500 y 5000 litros, para luego pasar 18 meses de crianza en dichos recipientes. Una sorpresa esta variedad lusa, que ya era hora de conocerse en nuestra tierra, ya que se trata de un viñedo adaptado al clima y con la experiencia de viticultura de muchos años por nuestros vecinos. Aromas a fruta roja, regaliz y eucalipto, con una sensación en boca muy cálida (14º de alcohol) y ácida, con cuerpo y regaliz de nuevo. Muy suave y elegante. Otra sorpresa de la noche.

 

- Finca Terrerazo 2019, de Mustiguillo, DO Pago el Terrerazo, 100 % Bobal. Un tinto macerado 22 días con sus hollejos, para hacer la fermentación maloláctica en tinas de roble francés de 35 y 50 Hl, haciendo batonage de 5 a 8 semanas, para luego pasar 18 meses de crianza en dichas tinas. Este vino la fruta era negra, algo cerrado, con notas a especias y madera. En boca se notaba ácido y que contrastaba con una sensación  astringente, no excesiva, que a mí me gustó mucho y que resaltaba la fruta negra. Un vino diferente a los anteriores de la noche, pero que me gustó mucho.


- Finca Valpiedra Reserva 2015, Finca Valpiedra, DO Ca Rioja, 92% Tempranillo, 4% Graciano y 4% Maturana. Un tinto con 22 meses de crianza en barricas de roble francés. Este vino era la suavidad total en contraposición al anterior, y eso que tenía 6 g/L de acidez. Aromas a fruta roja y negra, también aromas lácteos, especias y café. Una boca suave y muy equilibrado en su conjunto. A muchos nos gustó


- Amontillado Tío Diego, De Valdespino, DO Jerez, 100% palomino Fino. Las viñas estaban plantadas en la colina de Macharnudo, de lo mejor de Jerez, y los vinos tienen 18 años de crianza de criaderas y soleras (10 años en crianza biológica y 8 de crianza oxidativa). El vino con un precioso color ámbar presentaba unos aromas a almendras y eucalipto muy suaves y elegantes. Aromas a especies, fragante y con acidez en boca, cálido, pero de nuevo muy suave. Las diferencias entre Jerez y Montilla-Moriles en cuanto a reciedumbre de nuestos vinos salió con fuerza a colación.

Tras la cata vinieron las viandas preparadas en el Hotel Soho de Av. América. Para empezar unos quesos de Valladolid, Quesería MonteQuesos, muy sabrosos. Sr trataba de cuñas del queso pataoveja o patamulo, presentado en forma de rulo, y que tenía un sabor excepcional, cremoso, tierno e intenso. Este queso tiene la mención como el mejor queso semicurado de Castilla y León.

Luego vinieron distintas tapas muy bien presentadas que precisaron de buscar las botellas de vino de la cata para saborearlas en su justa medida. Una muy
buena cata.



 

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