Este restaurante del barrio Ciudad Jardín fue inaugurado en 1980 como una ampliación del bar Moriles.
Es un local muy concurrido porque tiene las tres virtuders de un buen sitio: bueno, bonito y barato, y el día que fuimos estaba el salón al completo por una numerosa reunión de trabajo. Pero cualquier otro día se encuentra con que los camareros y el personal solucionan cualquier contingencia, por lo que el público apenas si nota la afluencia. Y siempre con una sonrisa del personal. Reconozco que admiro el trabajo de los hermanos Rafa, Jose y Gabriel.
La comida se compuso de media ración de patatas alioli, media de queso, y raciones de chipirones, de boquerones, revuelto pata negra y rabo de toro. En la foto se aprecian los platos de rabo de toro y el revuelto. Las medias raciones son abundantes. Además bebida y café. Todo 56 euros, entre cuatro.
De todo lo que comimos, lo mejor el rabo de toro y el queso, muy buenos ambos. Los boquerones estaban algo sosos y con poco sabor.
El fino de la casa, bodega S. Gabriel, nos pareció correcto sin más. Se puede decir que estaba viejo. Subido de color, con pocas notas frutales, o ninguna, no tenía nariz a acético o pegamento tampoco por lo que no se puede decir que estuviera defectuoso; y en boca suave, agradable pero con poco cuerpo. No tenía defectos pero pocas virtudes. Otras veces lo hemos encontrado mejor.
En cualquier caso, el fino no fue el único protagonista por lo que el Moriles Pata Negra es uno de los locales más recomendables de Córdoba para una buena comida o cena, si miramos precio, servicio y calidad.
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