Qué bien nos cuida Miriam, del Taller de Tu Cocina.
Al final le vamos a coger gusto a darle la lata y eso que este lunes tenía cara de estar cansada.
Pues ni por esas dejó de sorprendernos.
Y José María se preparó una buena selección de vinos de distintos países, de distintas variedades para mostrar la realidad de que las variedades que aquí reconocemos ya casi como que siempre han estado aquí plantadas: véase la sauvignon blanc o la chardonnay, se elaboran muy correctamente en países fuera de Europa.
José María Moreno, del Terruño, se preparó una cuidada presentación y en la que con ayuda de un proyector (de nuevo El Taller en acción) mostró las zonas de plantación de California (Estados Unidos), Chile, Argentina, Sudáfrica y Australia, resaltando las mejores áreas que nos viene a muchos a la mente: Valle de Napa, Valle del Maule, Stellenbosch, Valle de Barossa, Mendoza, bien por la televisión o por que aparecen en la prensa especializada.
Comenzamos por los blancos:
- Representando a Australia, Koonuga Hill 2013, un Chardonnay de la gran bodega Penfolds, grande por su tamaño y por su prestigio. Comenzó en 1844 y se sitúa en la zona del valle de Barossa junto a Adelaida.
Un blanco aromático, con fruta blanca, graso, a confitura. Muy ácido en boca, algo amargo y sale las crianza en lías.
Se podría resumir que es un vino bien definido, con todas las características aromáticas y gustativas que debe tener un Chardonnay.
- Por parte de Sudáfrica, Klein Constantia 2013, un blanco Sauvignon blanc. Esta bodega comenzó en 1685 y está situada entre los Oceanos Atlántico e Índico, en una bonita península cerca de Ciudad del Cabo.
Aromas a frutra blanca y cítricos, mango, piña, quizás también con más herbáceos de la cuenta. Mas al primer golpe en nariz es delicioso.
En boca es algo más amargo que el primero.
Los dos vinos blancos son frescos en nariz y refrescantes en boca, muy bien hechos y por lo que dijo José María a un precio bastante competitivo. Este vino me pareció más ligero que el Sauvignon Blanc, Sancerre, del valle del Loira catado dfos semanas antes. Aunque en boca éste era más persistente, a mi parecer, que el francés.
Como se puede apreciar las botellas tenían todas sistema de cierre metálico, de rosca, es decir sin tapón. Se abrió la discusión de si el corcho era mejor cierre de botella que cualquier otro, y aparte de cuestiones medioambientales de mantenimiento de bosques mediterráneos, el corcho y su extracción de la botella tiene unas ventajas visuales y digamos también, rituales que no lo tiene el cierre metálico. Pero este cierre es cómodo, limpio y cumple de sobra su función.
Después los tintos:
- The Big Top, Zinfandel 2012. Este vino proviene del valle central de California, y es una selección hecha de vino. Es decir, no es producto de una bodega sino que un comerciante selecciona y embotella este vino.
Es un vino frutal, pero sobre tod es dulzón, con aromas a cacao.
En boca es muy bebible, fácil de tomar, de nuevo dulzón y retrogusto a cacao, de nuevo.
Se dice que para tener suerte en el mercado norteamericano los vinos deben tener un carácter dulzón, quizás es que allí se beba y coma de esta forma, por lo que nos llega de allí: comidas, ensaladas y salsas barbacoa, todas dulzonas.
- Proveniente de Sudamérica, Chile, Hacienda Araucano Reserva 2013.
Este vino procede de la biodega que fundó François Lurton en 2000nen el Valle de Colchagua, al sur de Santiago.
Tiene 6 meses de barrica. ¿Reserva? Pues si ese apellido se da a 6 meses, qué se dará a uno de más crianza. Simplemente los vinos no han pasado tanto tiempo como aquí en barrica, y digamos que muchas veces no es necesaria tanta crianza.
Aromas a pimienta, vegeral, pimiento verde, fruta roja. En boca es menos dulzón que el anterior, un vino amable, ácido, muy especiado. No es nada astringente, y parece que ha tenido microoxiganción
Es más completo que el anterior, pero al rato (está de moda esta palabra), el pimiento predomina y no es entonces tan agradable.
- Del otro lado de la cordillera andina, Alta Vista, Malbec 2013. Estamos en Argentina.
Es una bodega instalada cerca de Mendoza, Argentina, desde 1998 y propiedad francesa.
La maloláctica y la crianza de 12 meses se ha hecho en barrica.
Muy intenso en color.
En nariz se muestra un poco cerrado, con mucha fruta madura, bastante especies en nariz y mentolado.
En boca es un buen vino, algo astringente y de nuevo, notas y retrogusto a fruta madura.
Para rematar la faena, en esto que Miriam se presentó con unas deliciosas tapas, muy originales, tanto visualmente como en degustación.
Ya conocíamos las croquetas de tinta de calamar.
El carpaccio de presa ibérica con un salsa coreana, creo llamada kinchi, fue una delicia. Hay que decir que las salsas orientales son tan sabrosas que amortiguan cualquier sabor y son adictivas.
Y para rematar, una tosta frita con verduras y bacalao y un salmorejo con cenizas de frutos secos.
Los platos iban preciosamente decorados con brotes de rábano y a pesar de su tamaño, tenían un potente sabor.
Y así terminó la cata de vinos del Nuevo Mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario