lunes, 20 de abril de 2015

Taberna Bar El Olmo, en la calle Morería

Este local está en una de las calles peatonales del centro de Córdoba, con mucho comercio pero de cómodo tránsito. Se trata de una calle antigua de esta ciudad, ya que está en la zona central de la antigua colonia patricia romana. Así, y justo enfrente del restaurante está la sede del Colegio de Abogados de Córdoba, pues bien en el sótano del mismo están las ruinas de un templo romano.

El restaurante ocupa una excelente esquina, y como digo con mucho personal de paso; anteriormente se situaba el restaurante La Moraga de Dani García, pero acabó por cerrar, ya que había platos originales pero otros eran simples y caros.
La decoración es de calidad, y se ha puesto mucho interés en que el cliente esté cómodo. El personal es muy atento, en particular ¿el jefe de sala? ¿el dueño?, con chaqueta estaba pendiente de todo: es un profesional.

Aunque había platos recomendados nos decidimos por pedir el menú: por un módico precio de 8,5 euros pudimos comer o tapear bastante bien. El jefe de sala no puso ninguna pega y los platos slieron rápidos.
De primero, un arroz cordobés, que más bien era arroz un poco caldoso, como en nuestos peroles, con algo de setas y carne de cerdo. De segundo, bacalao fresco a la plancha. De postre, tocino de cielo.
Mirando otros comentarios en la web, los que ya han pasado por él recomiendan también la buena calidad del menú del día. Reconozco que siempre me decido por el menú del día en cualquier sitio que lo ofrezcan, puesto que es cómo se conoce mejor al sitio: los platos por lo general son simples y si están sabrosos es que el material es fresco o saben cómo hacer gustoso lo sencillo.
Los finos que tienen son variados. De Bodegas Lagar El Monte, de Moriles, tenían el fino Cebolla y Los Naranjos. También de Pérez Barquero, y por último Tio Pepe de González Byass.
El Fino Cebolla en el centro
El fino Cebolla estaba bastante oxidado en color aunque no evolucionado en boca, pero claramente se observaba que no estaba en su mejor momento. Quizás el relleno de la botella y dejarlo en frío habrá hecho una mayor oxidación. Este fino siempre ha tenido el marchamo de ser uno de lo mejores vino de Moriles.
Sin embargo, el fino Los Naranjos, más turbio, era más fresco, con mucha menos crianza y se mostraba aromático y agradable en boca.
El Gran Barquero, un fino siempre de clase, con su nariz intensa a medara, seco. casi nunca falla.
Pedimos unos vermut blancos, que no estaban a la altura de su precio, 3,5 euros. Bien servidos, mas como dice Bernardo Lucena, y él sabe mucho del tema, hacer un buen vermut blanvo es difícil ya uqe el rojo se disimula con el sabor del caramelo que le da color.
La cuenta por todo, 29,5 euros. 4 cervezas, 5 medios de vino, 2 vermut blancos y el menú. Relación calidad precio notable.







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