Pues bien, esta Peña Flamenca dedicada a Merengue está instalada en la Taberna Fuenseca, una casa situada en la calle Juan Rufo, la calle que baja desde la de Alfaros hasta el Palacio de Viana.
Hace tiempo que visitamos esta taberna, en 2012.
Como ahora es el nieto quien lleva la taberna y como parece que ha habido una renovación de la taberna, pues quisimos ir a comprobarlo.
Como se ve la indicación de la taberna es escueta, pero dentro había ambiente tabernario.
La decoración no ha cambiado, las consumiciones son básicamente de medios de vino, tranquilamente, o bien a hablando a voces si el tema lo requiere.
El vino fino servido en bag-in-box, es o bien de Sillero (de La Rambla) o de Pérez Barquero (Montilla). Y hay mucha diferencia entre estos dos finos. El Sillero tiene un color a oro viejo: es muy suave, sin estridencias, aunque también poca alma. Si tuviera un poco más marcado el sabor salino, estaría de clase superior. Debo decir que últimamente he probado finos de Jerez que han perdido su sabor salino, seco, que han sido del agrado de críticos y consumidores. Es posible que por aquí (por Montilla-Moriles) nos hayamos adelantado sin saberlo.
Y a diferencia de aquella visita, ahora tiene algo de tapeo. Muy sencillo. Finas cuñas de queso curado en aceite, boquerones en vinagre, pinchos preparados de queso y ahumados. Cada platito a 1 euro. Está bien, y Jesús, el joven tabernero con su entusiasmo hace que las tapas sean más gustosas.
Lo mejor es irse al patio donde apenas queda espacio libre por la cantidad de cuadros, fotos y recuerdos que allí están colgados.
En el patio es también donde hacen los encuentros flamencos, debidamente expuestos en su página de feisbuk.
Otra peña que he visitado fue la del Jazmín, con motivo de la actuación del pianista local y flamenco, Alfonso Aroca.
Esperemos que haya larga vida para las peñas flamencas, porque afición al menos en mi caso sí que hay.
Y allí echamos un rato hablando de búsqueda de restos arqueológicos cerca del arroyo Pedroche, o de instalar espacios para exposiciones, de arreglos en parcelas del campo, de cómo está todo. O sea, arreglando el mundo y disfrutar de los cumpleaños ajenos.